La rampa número 7, la plataforma de carga y descarga de los buques de la autopista el mar, quedará fuera de servicio durante un mes. Caracterizada por esa flotabilidad que la nivela a la popa de los barcos en cualquier carrera de marea, al año de su inauguración la infraestructura ha sucumbido a la intensa actividad desarrollada en las escalas de los buques de Suardiaz y a la tensión ejercida por la sucesión de fuertes temporales desde el inicio del pasado invierno. Como resultado de la incidencia de estos dos factores, su punto de apoyo en tierra presenta un estado demasiado debilitado que aconseja "por seguridad" una actuación urgente de refuerzo y de ejecución incompatible con su funcionamiento.

La decisión de la Autoridad Portuaria de cerrar esta rampa móvil se produce por consejo de sus técnicos, que llevan meses analizando el comportamiento de la estructura. Fabricada por Vulcano, entre la rampa flotante y la línea de atraque formada por la alineación de cuatro duques de alba, este nuevo "muelle" exclusivo de los buques de la autopista del mar costó más de seis millones de euros. Quienes trabajan en esta zona aprueban con nota su funcionalidad, pero meses antes de estrenarse -abril de 2017- ya mostraba síntomas que hacían presagiar los problemas detectados ahora que el Puerto trató de paliar haciendo lo que definió en su día como "ajustes".

Una parte de estos problemas guardan relación con la ubicación elegida para construirlo, en el extremo Este de la terminal Ro-Ro, un ámbito marino muy expuesto a los temporales del norte y noroeste. Y pese a la fuerza con la que soplaron este año esos vendavales, la rampa 7 continuó operativa para las cinco escalas a la semana que desarrollan los buques de la conexión marítima entre Vigo y Francia. Una línea que además de vehículos transporta semirremolques, y desde hace unos meses, cada vez con mayor frecuencia también cargas especiales como palas eólicas. Una caravana variada y pesada que tras un año pasando por encima generó un desgaste excesivo en su base cimentada. "Han sido muchos esfuerzos", en palabras de los técnicos del Puerto.

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Por las condiciones que presenta la zona donde se posa en tierra, la rampa no resistiría mucho tiempo sin desprenderse de su sujeción. Así que la obra proyectada se centrará casi en exclusiva en reforzar ese apoyo lo suficiente "para que tenga una vida holgada", señalan los mismos técnicos. Se trata de una actuación, añaden, "sin especial dificultad". "Mediante unos gatos hidráulicos la rampa se elevará para que los obreros puedan trabajar en la base", explican.

Sobre la duración de esta obra, los plazos no están claros. Responsables del Área de Planificación e Infraestructuras de la Autoridad Portuaria indicaron a este periódico que serían en torno a "un par de semanas" condicionadas a la necesaria bonanza meteorológica. Por contra, la información transmitida recientemente a los operadores de la terminal de Bouzas hablaban de un mes.

Tampoco parece todavía definida la fecha del inicio de estos trabajos que por conllevar la suspensión temporal de la actividad en la rampa provocará un replanteamiento en la operatividad de la autopista del mar. El presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique López Veiga, contaba con que se produjera a partir de este lunes, pero ahora se baraja como probable el día 28 de mayo.

Después de esta obra -ya contratada-, el Puerto no descarta otras "a mayores" como la construcción de otro duque de alba. Sería el quinto de los que conforman la línea de atraque adonde se conecta la rampa móvil. López Veiga la baraja como "una posibilidad". Antes de darla por segura prefiere esperar a las conclusiones que se extraigan del nuevo seguimiento que se realizará a la infraestructura una vez se reanude la actividad con su base reforzada. En todo caso, el presidente está dispuesto "a lo que haga falta" por mejorar la operatividad del muelle.