Los empleados de las taquillas de las estaciones de Urzáiz y Guixar están hasta arriba de trabajo. Y no porque los trenes hayan aumentado sus horarios o su capacidad, sino porque cada vez están menos detrás de las ventanillas. En teoría la plantilla es de dieciséis personas para el canal de venta de ambas terminales -14 vendedores y 2 encargados-, aunque la realidad es bien distinta. Actualmente son once los trabajadores que se reparten los horarios durante la semana, una situación que deja al límite la venta de billetes y que reduce una serie de servicios. Entre ellos el de venta anticipada de billetes, que se mantiene activo en Urzáiz pero que en Guixar cuenta con restricciones horarias.

Según apuntan los propios trabajadores de las taquillas, dos miembros del personal están de baja médica, mientras que un tercero se incorporó el pasado 7 de mayo a la plantilla de interventores. Ninguna de estas ausencias fue cubierta por Renfe, que desde hace alrededor de dos semanas limitó la venta anticipada al horario de tarde en la terminal de Areal. "Aunque se mantenga dicha opción en Urzáiz, los clientes acuden a la estación de Guixar porque es desde donde salen todos los trenes de larga distancia", apunta el personal del canal de venta.

Los propios empleados critican los pocos medios que desde Renfe destinan a la que a día de hoy es la principal estación de viajeros en la ciudad olívica. En un día normal desde Urzáiz parten cuatro trenes en horario matinal y desde Guixar lo hacen una decena. Esta diferencia no se traslada a los vendedores de cada terminal. Mientras que en la primera de ellas hay siempre dos personas, en las taquillas de Areal tan solo trabaja una, que además para durante hora y media -entre las 9.45 y las 11.15 horas- para efectuar las cuentas de las operaciones realizadas.

En el cuadro de personal figura que tanto en Urzáiz como en Guixar debe haber un encargado, aunque actualmente ese puesto está desocupado en ambos casos. En uno a causa de una baja laboral y en otro porque directamente no se ha incorporado nadie. Los empleados del canal de venta denuncian que hace meses que se aprobó su llegada, aunque todavía no se ha incorporado. "Mientras tanto tenemos que hacer nosotros parte de su labor", critican.

Aumentan las reclamaciones

En las últimas semanas se han multiplicado las colas en el hall de la estación de Areal, que acumula también un buen número de reclamaciones de usuarios descontentos. Los trabajadores, además, se quejan del "abandono" de la terminal que acoge la mayor parte de la circulación de pasajeros. "Parece un apeadero", lamentan. Ahora mismo tan solo están abiertas la cafetería y una tienda de comestibles que arrancó hace unos meses. Ni rastro de kioskos, negocios de regalos o un punto de información turística. A mayores, aunque en este caso no es responsabilidad de Renfe, otro los problemas con los que se encuentran los viajeros que llegan a ambas terminales es la ausencia de taxis en momentos puntuales del día. "El problema es que a Vigo llegan miles de personas en tren y el servicio que se les ofrece no está a la altura", critican los vendedores.