Los continuos atascos que provocan las obras en el Puente de Rande ya han colmado la paciencia de algunos usuarios de la autopista. Día sí y día también los afectados denuncian que Audasa ni siquiera levante las barreras de los peajes cuando las retenciones son kilométricas y provocan retrasos importantes. Este viernes, Ángel Martíns se negó a abonar los 95 céntimos que cuesta el gravamen en la salida de Redondela. Él, junto a su mujer y una amiga, que fue la persona que grabó el vídeo publicado por FARO y que se hizo viral en redes sociales, se incorporó al vial en Chapela para dirigirse hasta Moaña. Enseguida se encontró en mitad del embotellamiento de vehículos sin posibilidad de avanzar por la autopista ni de retroceder para dar un rodeo. Ante tal situación, optó por salir antes del viaducto y llegar a través de Vilaboa. "Escogimos ir por ese camino y teníamos claro que no íbamos a pagar por un servicio nefasto que no es la primera vez que ocurre", defiende Martíns, que en las últimas horas se ha ganado el apoyo de decenas de usuarios en la red.

Cuando decidieron grabar el vídeo no pensaron en la repercusión que podían tener las imágenes, que ya han dado la vuelta al país. "No buscábamos fama ni nada parecido, sino denunciar lo que consideramos una estafa. Ya estamos cansados de los atascos que se generan en Rande y de que encima nos obliguen a pagar", señala Ángeles Méndez, la mujer que iba sentada en el asiento trasero y que grabó toda la secuencia con su teléfono móvil. "Ojalá las imágenes sirvan para que otros sigan nuestro ejemplo", apostilla.

El conductor y sus acompañantes se mantuvieron firmes ante el empleado de Audasa que se encontraba en las cabinas del peaje de Redondela el viernes por la tarde. "Necesito que me abra la barrera, no le voy a pagar", le espetó Martíns nada más llegar a su altura. "Hice lo que considero de justicia y lo repetiría una y otra vez si me vuelve a ocurrir algo similar", reconoce el conductor del vehículo.

El empleado de Audasa, que no salía de su asombro ante lo que le estaba pidiendo este vecino de Chapela, le advirtió de que llamaría a la Guardia Civil, algo que tampoco preocupó a los afectados. "De hecho lo llegó a hacer, pero lo más gracioso de todo fue que le dijeron que no podían intervenir en ese punto porque se encontraban en el embotellamiento de la autopista. Fue el mejor colofón posible para esta historia", asegura Méndez.

Ante la imposibilidad de que llegasen los agentes y con el objetivo de impedir que decenas de vehículos se acumulasen en las inmediaciones de la cabina, el trabajador de la concesionaria tomó los datos del conductor y del coche antes de levantar la barrera. Martíns no sabe si en las próximas semanas le llegará una multa por no abonar la tasa, aunque por ahora no es algo que le preocupe en exceso. "No me he parado a pensar mucho en una posible sanción y si me la notifican ya veré cómo actúo. Lo que quiero dejar claro es que seguiré utilizando el Puente de Rande para llegar hasta Moaña, pero si se vuelve a repetir una situación como la del viernes no pienso pagar", comenta el conductor. Su amiga Ángeles cree que el recargo no irá a mayores "porque tenemos razón".

Desde que FARO compartió su vídeo miles de usuarios les han mostrado su admiración por redes sociales. Muchos les etiquetan de "ejemplos a seguir", aunque ellos prefieren ser más comedidos. "Nosotros solo hicimos lo que nos pareció justo. No queremos ser los impulsores de nada, pero si otros conductores afectados deciden seguir nuestro camino cuando la carretera esté colapsada por culpa de las obras, bienvenido sea", indica Méndez.

La indignación de estos dos amigos llega, además de porque Audasa mantenga bajadas las barreras cuando se producen retenciones kilométricas, por la no supresión del peaje de Redondela anunciada por Fomento el pasado mes de enero y para la que todavía no hay fecha. "No tendría que existir porque no existe ninguna circunvalación de la AP-9 que tenga gravamen", se queja el conductor, que denuncia que a él le quisieron cobrar "por circular menos de medio kilómetro por la vía".

A este vecino no es la primera vez que los trabajos en el firme le provocan retrasos en la carretera. De hecho, lo había sufrido unos días antes. "El sábado pasado estuve cincuenta minutos de reloj para avanzar dos kilómetros y medio. Son cosas que no pueden pasar. Otros conductores llegaron a tener el motor apagado", señala Martíns, que hace hincapié en que estos embotellamientos no son algo puntual. "Llevamos meses sufriéndolos y se acerca el verano y no vemos ninguna mejora". En ese sentido, Fomento informó el viernes de que las obras que afectan al tráfico continuarán en Rande hasta el próximo 31 de mayo, aunque continuarán otras.