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Nueva medida dirigida a remontar el tráfico de buques de pasaje

El Puerto se propone abaratar los costes de escala de los cruceros hasta acercarlos a los de A Coruña

Inicia la negociación con los responsables de los servicios de practicaje, de remolcadores y amarradores -Asume su "desventaja" en estas tarifas pero descarta iguarlarlas a las del norte por lograrse penalizando a otros tráficos

Dentro del objetivo de recuperar el tráfico de cruceros que por su acentuado descenso perdió el año pasado el liderato en el norte español, la Autoridad Portuaria se propone ahora abaratar los servicios técnico-náuticos: prácticos, remolcadores y amarradores. Ya en marcha, la negociación con las empresas que los gestionan surge tras asumirse la "desventaja" frente al de A Coruña en los costes de escala de un trasatlántico. Los responsables del Departamento Comercial de Praza da Estrela han comprobado que de nada sirve insistir a las navieras en que aquí la mayoría de estos buques no necesitan remolcadores para atracar; que excluyendo esta ayuda en la maniobra, la factura en Vigo es hasta un 51% más barata que en A Coruña. A la hora de decidir los itinerarios, las armadoras solo valoran el tarifario en su conjunto, con los tres servicios sumados, donde la factura viguesa se encarece un 31%. Así que el Puerto quiere "acercar" sus tarifas a las coruñesas para que tampoco se usen como pretexto para evitar su terminal.

Hasta ahora abaratar los costes de escala no figuraba entre las medidas diseñadas para remontar en las escalas de cruceros que con 64 previstas lo relegarán este 2018, otro año más, al segundo puesto en Galicia. Sus prioridades se centraban en potenciar Vigo como destino turístico por la cantidad y variedad de excursiones que ofrece la ciudad y sus alrededores, y hacerlo con el necesario apoyo de Xunta y Concello. Sin embargo, además de bueno y bonito, las compañías también lo quieren barato, empezando por la operación y estancia del buque. El presidente Enrique López Veiga también pudo confirmar en persona el nulo impacto que provoca en las armadoras el recurso de que "somos más baratos que Coruña porque en Vigo, los cruceros no necesitan remolcadores".

La razón de que al analizar los costes de escala las armadoras incluyan la tarifa del remolque "responde a su modo tradicional de hacerlo y porque en función de las circunstancias, puede surgir la necesidad de utilizar este medio", explican desde el Departamento Comercial. Ante esta metodología tan arraigada, el Puerto ha acabado por asumir la necesidad de reducir las tres tarifas. Entre prácticos, remolcadores y amarradores, a una naviera enviar a Vigo un barco grande -del tipo Independence of the Seas - le sale hasta un 31% más caro que en A Coruña; 22.514 euros frente a 17.194. En cambio, en las tasas portuarias -de señalización (T-0), de buque (T-1) y de pasaje (T-2)-, el crucero en Vigo se ahorra un 9% en comparación con el norte.

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A diferencia de las tasas, en todos los puertos del Estado, los tres servicios mencionados recaen en empresas o corporaciones. En Vigo son Remolcanosa, Botamavi y Corporación de Prácticos de Vigo. La negociación que mantiene la Autoridad Portuaria con las tres entidades pasa por modificar el pliego de condiciones que regula su actividad. "Hay unos máximos establecidos por ley que intentaremos rebajar, pero hasta donde se pueda", expone el dirigente portuario.

El interés de Repsol

Porque igualar las tarifas a las de A Coruña ni se lo plantea. En Vigo sostienen que el del norte abarató tanto los servicios técnico-náuticos mediante una división de aguas que en la práctica penalizaría a otros tráficos. Como si en Vigo se encareciese uno de los tres servicios sólo al tráfico de contenedores -principal sostén económico del entramado portuario- para rebajárselos al de trasatlánticos, deficitario para las arcas de Praza da Estrela. "Es algo impensable; no nos lo podemos permitir", afirman.

¿Y por qué sí lo puede hacer A Coruña? Al parecer, por una confluencia de intereses compartidos. Entre sectores portuarios se da por hecho la vinculación de Repsol con la concesionaria de la terminal de cruceros, Corunna Cruise Terminal (formada por Rubine e Hijos y Pérez y Cia). Hasta tal punto de que le compensaría económicamente abaratar los costes a los trasatlánticos aunque sea a costa de subírselos a los petroleros.

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