Manuel "Pachi" Reigosa presume de conocer la institución "profundamente" porque ha formado parte de ella "desde sus inicios", pero estas últimas semanas de reuniones maratonianas por los centros y junto a un equipo "muy creativo y con una energía tremenda" le han "enriquecido" más todavía.

-Enarbola la bandera del cambio. Si gana mañana, ¿cómo será la Universidad dentro de 4 años?

-Algunos resultados no se verán de forma inmediata, pero el cambio de talante se notará el primer mes. Trabajaremos en comisiones junto a personas voluntarias para empezar a diseñar esa universidad del futuro. Y espero que dentro de 4 años hayamos recuperado la ilusión y el orgullo de pertenecer a una institución que lo hace muy bien a todos los niveles. Queremos recuperar ese espíritu inicial que nos llevó a cotas de máxima calidad. Durante dos años estuvimos en el ranking de Shanghái, entre las 500 mejores del mundo, lo cual es mucho decir para una institución tan joven y que tampoco cuenta con tanto apoyo externo.

-Tildan a la otra lista de continuista, pero ambas son apoyadas por gente que formó parte del gobierno. Usted mismo fue vicerrector.

-Lo fui hace bastante tiempo y estos años he jugado el papel de opositor al actual gobierno, del que Emilio lleva un vicerrector y un director de área. Él mismo es comisionado. Puede que no sea continuista, lo veremos si gana. Pero en principio es difícil considerarlos como algo distinto.

-Se comprometen a reducir las horas máximas de docencia y a abonar las pagas "extra". ¿Hay dinero para cumplir estas promesas?

-Me gustaría llegar a las 240, pero como no sabemos si podemos permitírnoslo en lo económico, inicialmente planteamos llegar a las 280 el próximo curso. No hemos incluido en el programa ninguna medida que no creamos que no se puede hacer. Nuestro vicerrector de Economía es conocido por su rigurosidad y no nos dejará desviarnos del objetivo de que las cuentas cuadren. Pero esto puede hacerse poniendo el énfasis en las personas o en los edificios.

-Ése ha sido el eslógan de la oposición desde hace más de una década, ¿sigue vigente?

-Sí. Si nos toca gobernar nos van a quedar como herencia cuatro edificios nuevos en O Berbés, la ETEA, Ourense y Pontevedra. Algunos de ellos son muy adecuados y otros a lo mejor eran prescindibles en tiempos de crisis.

-Es contrario a los usos propuestos para la sede del Campus del Mar en la ETEA.

-Es un emplazamiento fantástico. Creemos que el Campus del Mar debe tener allí una sede investigadora y planteamos reconvertir los usos del edificio. No eliminar por completo los que tienen que ver con el emprendimiento, pero girarlo para que sirva a la comunidad investigadora, muy especialmente para laboratorios singulares. Y queremos instalar allí la Universidad de Verano. También nos va a servir para acercar la institución a la ciudad. Le vamos a sacar mucho partido.

-Ha criticado los gastos que supone el Campus del Mar. ¿Seguirán apoyándolo?

-Sin ninguna duda, es una gran cosa contar con el sello de campus de excelencia internacional. No he criticado sus actividades, pero se financiaron con préstamos que estaremos pagando hasta 2025. En ningún momento he dicho que esa deuda no sea correcta. Lo que sí es cierto es que en este tiempo nos hubiese gustado dar un salto cualitativo y que este proyecto que ha nucleado muchas universidades y centros de investigación fuese enormemente competitivo a nivel internacional, por ejemplo, en la captación de fondos europeos. Pero no lo hemos conseguido. Nos parece mucho más valioso que el CIM, la antigua Ecimat, haya sido reconocido como centro singular por la Xunta y reciba financiación adicional. Este camino hay que seguirlo en el resto de ámbitos de conocimiento. También en los que es más difícil agrupar, por eso crearemos un Centro del Lenguaje.

-No está de acuerdo con la sede en O Berbés.

-Lo ideal sería fortalecer el campus histórico de Torrecedeira para que sea nuestra embajada. Intentaremos sacarle el máximo partido pero no parece adecuado que tenga una sala de lectura habiendo otra en "Peritos".

-Habrá un despacho para el rector allí.

-No lo voy a usar. No necesitamos una oficina institucional en la ciudad. El rector debe estar donde está la mayoría de la comunidad universitaria y espero visitar los cuatro campus. Si gano me va a tocar viajar bastante. Queremos darle mucha importancia a los campus que otros llaman periféricos y que cualquier trabajador o estudiante tenga igualdad de oportunidades.

-¿Conoce mejor los campus que su rival?

-No sé hasta qué punto los conocen ellos, pero yo he vivido la Universidad por arriba y por abajo. Soy portavoz de facto de la oposición en Claustro y Consello de Gobierno en representación de la Facultad de Ciencias de Ourense. Y he visitado Pontevedra muchas veces y tengo allí muchos colegas.

-En el Claustro ha lamentado a menudo que a Vigo no le sale rentable no tener déficit.

-El equipo actual ha hecho una excesiva lectura pegada a mínimos. Lo vimos en el "decreto Wert". Parece que fue impuesto y no hubo tal cosa. Se utilizó para cargar de docencia a determinado número de profesores. Por otra parte, a la Xunta hay que reclamarle más financiación y profundizar en el reconocimiento por objetivos. Y también hay que negociar sobre personal. El Gobierno gallego va a cofinanciar 300 plazas en Santiago. Con una postura firme y correcta podemos conseguir muchísimas cosas.

-En un debate dijo que los títulos de Vigo no resultan tan atractivos como los de Santiago.

-Lo que queremos decir es que no estamos siendo lo suficientemente efectivos para atraer alumnos. Y hay que empezar trabajando con los institutos para ser más conocidos. Tenemos titulaciones superatractivas y contamos con ideas para que Vigo sea la universidad más atractiva de Galicia. También apostamos por captar alumnos extranjeros con un mayor esfuerzo en hacer semipresenciales y virtuales las titulaciones y con planes en inglés. Y tenemos que captar talento joven investigador. Durante el mandato intentaremos fichar a una persona del más alto nivel.

Exjugador y entrenador que defiende el esfuerzo colectivo

Si gana las elecciones, a Manuel Reigosa le espera una buena en casa. "Prometí a mi mujer que era muy difícil, porque luchábamos contra un equipo que lleva gobernando 20 años, pero ahora lo veo más factible y si lo logramos tendré que dar explicaciones", confiesa con ironía.

Además de la familia, la universidad y el baloncesto han sido las grandes constantes a lo largo de su vida. Jugó desde crío en numerosos clubes vigueses y, junto a Quino Salvo, en el Obradoiro que se proclamó campeón gallego. Mientras militaba en el Celta, en categoría junior, disputó la Copa de España y recuerda el partido que enfrentó a los mayores contra el Madrid de Luyk y Brabender. Aficionado al club blanco "desde siempre", esta semana sufrió y disfrutó a partes iguales con el partido frente al Panathinaikos con el que igualaron la eliminatoria.

Jugó en el Citroën en Segunda Nacional, el Bosco o el Porriño. Casi siempre de alero con su 1,87 de estatura, pero también de pívot. Ahora ya no salta a la pista "más allá de unos tiros libres" pero entrena a los equipos del Básquet Rías Baixas, club que además preside. Lo que se traduce, apunta, en "comprar el agua y currar más que nadie".

"Me libera la cabeza y es muy bonito trabajar con gente joven en deportes de equipo porque se transmiten los valores del esfuerzo colectivo", destaca Reigosa, cuyos tres hijos han practicado también este deporte.

Sus compañeros y antiguos alumnos destacan su talante dialogante y su cercanía. Si es elegido rector, muchos estudiantes podrán decir que compartieron Vitrasa con él, medio que utiliza a diario para subir al campus.