La Plaza de América se someterá a una importante remodelación casi tres décadas después de la apertura del subterráneo que canaliza parte del tráfico entre Gran Vía, Camelias y la avenida de Castelao. Tras sucesivas modificaciones del espacio público orientadas a agilizar la circulación en un nudo conflictivo de las comunicaciones por carretera, el gobierno local ha decidido replantearse la utilización de este inmenso ámbito proyectando una nueva rotonda transitable para mejorar los flujos peatonales y crear una zona de descanso alrededor de la imponente Puerta del Atlántico para sacar provecho a la actual rotonda de 1.000 metros cuadrados que se encuentra inutilizada. La Concejalía de Fomento se ha inspirado en los proyectos desarrollados en la última década en espacios tan reconocibles a nivel internacional como el Columbus Circle en Nueva York, la Logan Circle de Washington o la Rotonda Boavista de Oporto para trazar el nuevo diseño de los accesos a Traviesas. El planteamiento es moderno, sostenible y sitúa al peatón como pieza central de una de las uniones de calles más complejas de Vigo.

El gobierno local ya encargó la redacción del proyecto de construcción con la intención de licitar e iniciar este año las obras. "Queremos seguir haciendo una ciudad para los ciudadanos, que ahora van a poder pasearse por la Puerta del Atlántico", destacó ayer el alcalde, Abel Caballero, respecto de una actuación a la que se destinarán 1,2 millones de euros y que se hará con cargo al superávit de 2017.

La escultura de Silverio Rivas se mantiene en su ubicación actual y continúa como icono principal de la nueva plaza pública proyectada en su día como homenaje a todos los emigrantes que se dirigían al puerto de Vigo y cruzaban hacia América. El cambio principal se producirá en la fuente que rodea la inmensa pieza de 14 metros de altura y 427 toneladas de peso porque el espacio del estanque se cubrirá para crear la nueva rotonda transitable que contará con una lámina de agua alrededor para mantener el simbolismo con la salida de vecinos hacia el Atlántico. Habrá un anillo vegetal en todo su perímetro para proteger a los peatones del ruido generado por el tráfico circundante.

"La gran revolución es el acercamiento del peatón a la obra de arte con un nuevo punto de vista más cercano e imponente que magnifique si cabe la importancia de la obra, siempre con absoluto respeto y connivencia con la idea del autor", defienden fuentes municipales. Los vigueses cruzarán de una punta a otra de Plaza de América a escasos centímetros de las columnas laterales de la Puerta del Atlántico que ahora solo se puede disfrutar como muy cerca a 40 metros de distancia desde el paso de peatones de Gran Vía.

El principal problema que quiere atajar el Concello es el "desequilibrio" que existe entre el peso de la circulación rodada y el espacio para peatones debido a que se desperdicia un gran espacio central dejando el grueso de la plaza para los vehículos. Otra de las principales dificultades detectadas es que las aceras en los márgenes están excesivamente seccionadas por las diversas calles que confluyen aquí, lo que aglomera a los peatones en unos pocos metros de terreno. "Se da la paradoja de estar en una plaza con una gran superficie pero con exiguos y repartidos espacios para el peatón", concluyen los técnicos municipales que analizaron urbanísticamente la operación, con la que se pretende solventar también los cuellos de botella que se generan en las salidas hacia la calle Coruña o Camelias provocando "trenzados peligrosos" con el autobús urbano.

La nueva propuesta surge de la evolución y transformación natural que está viviendo la ciudad con las humanizaciones y se sitúa esta reforma como "un paso ambicioso hacia la conquista de espacio peatonal de calidad, sostenible y con absoluto respeto a las señas de identidad existentes" en alusión a la escultura de Rivas que corona la plaza.

Según el proyecto inicial con el que se trabaja, el acceso al interior de la rotonda se realizará a través de tres pasos de peatones desde una isleta en la avenida de Castelao, otro desde Castrelos y uno último por Camelias aprovechando las paradas que efectuarán los coches. La glorieta se seguirá seccionando en tramos a través de semáforos y se ha calculado los tiempos de las fases circulatorias y peatonales para no perjudicar las comunicaciones.

En la búsqueda de reordenar el espacio de forma más equitativa entre vehículos y personas se ha optado por mantener los cuatro carriles de circulación existente en condiciones muy similares a la actual. Lo que se hará es ampliar ligeramente el anillo exterior de la rotonda a 50 metros de diámetro conquistando nuevo espacio público para dimensionar esta nueva plaza que se quiere convertir en un nuevo "referente de Vigo" al tiempo que se mejora la calidad visual de un espacio hasta ahora dominado por el asfalto y la piedra.

La nueva rotonda contará con tres bandas de zonas ajardinadas que crecen en altura a medida que se separan del tráfico. En el anillo interior una fuente en forma de grada decreciente rodeará el jardín para ayudar a amortiguar el ruido. En el círculo central se instalarán bancos con zonas de acceso wifi en este nuevo punto de recreo. El pavimento será una de las características más singulares de la obra con formas triangulares que pretenden aportar cierta coherencia con el diseño de la nueva pérgola de colores que se instalará con la reforma de la Praza do Emigrante y parte del pavimento elegido para el carril bici Samil-Teis que se integrará también en el este nuevo proyecto. Las bicicletas podrán cruzar la calle Coruña para continuar hacia Camelias o bien hacerlo por los tres nuevos itinerarios para peatones y bicis que se diseñan a través de la glorieta central.

Todo el ámbito de Traviesas experimentará una profunda transformación ya que la peatonalización de la rotonda de Plaza de América se pretende simultanear desde el Concello con el inicio del campus educativo y cultural de Chouzo completando la Biblioteca del Estado que corresponde construir al Ministerio de Cultura con el traslado del colegio Altamar y un "ágora cultural" para aprovechar los edificios actuales de los juzgados en la calle Lalín.