La principal puerta de acceso al tráfico entre España y Portugal es también uno de los viales que más quebraderos de cabeza causa a los conductores vigueses: la autovía A-55. El último informe del Observatorio Transfronterizo, elaborado por ambos países con datos de hace tres años, pero publicado en 2017, muestra que el puente nuevo que enlaza Tui con Valença do Minho es el punto de toda "la raya" con mayor intensidad de vehículos.

En 2015 el viaducto registraba una media de 14.788 automóviles diarios, muy por encima de cualquiera de los otros 63 principales pasos fronterizos que identifica el estudio a lo largo de los 1.200 kilómetros que separan España de Portugal. Solo se le aproxima el tramo Ayamonte-Monte Francisco, que contabilizó 8.902 vehículos.

El puente nuevo de Tui marca la unión de la autovía A-55, que arranca en Avenida de Madrid, con la autopista portuguesa A-3, que continúa hasta Oporto. En su tramo inicial, entre Vigo y Porriño, el vial gallego padece serios problemas de seguridad. Varios informes advierten del riesgo de sus curvas a la altura de Mos y un estudio difundido en 2017 por Automovilistas Europeos Asociados concluye incluso que soporta el "punto negro" con más accidentes de España.

En octubre de 2015 Fomento inició una reforma en la A-55 de 5,98 millones de euros. A pesar de que debería haber finalizado en 2017 -según el plazo comprometido en un inicio- sigue inconclusa y acumula meses sin avances.

No todos los conductores que circulan entre la comarca viguesa y Valença lo hacen a través de la autovía. Aunque la A-55 es la vía que se adentra en Portugal, unos siete kilómetros antes del puente internacional recoge también vehículos de la autopista AP-9. Los últimos datos de Fomento muestran sin embargo que los volúmenes de tráfico que soportan la A-55 y la AP-9 en esa zona no son comparables. La primera supera los 28.500 vehículos diarios. La segunda no alcanza siquiera los 3.600, ya que su uso está gravado con un peaje.

La eurorregión Galicia-Norte de Portugal genera un intenso movimiento de personas. Los polos industriales situados a ambos lados del Miño, la importancia de los puertos de Vigo y Leixões, la oferta de vuelos de Sá Carneiro y Peinador, el turismo... explican buena parte del tráfico que cruza a diario el Miño para visitar el país vecino.

Aunque la información que maneja el informe transfronterizo se tomó de 2015, los últimos datos revelan que el volumen de tráfico ha crecido. Hace tres años la autopista A-3 anotaba en su punto más próximo a la frontera unos 14.300 vehículos diarios. En 2017 se acercaba ya a los 15.000. También la autovía A-28 repuntó su actividad.

El intenso tráfico entre Galicia y Portugal se alimenta en su mayor parte de vehículos ligeros, que representan el 88% del total. El restante 12% es transporte pesado. Los 1.775 camiones diarios anotados en 2015 están por debajo de los 2.250 registrados en la provincia de Salamanca o los 1.989 de Badajoz. Al puente internacional se suma el antiguo, que hace tres años rozaba los 3.200 vehículos por jornada.