Uno de ellos será el sexto rector de la Universidad de Vigo y el otro, prometen ambos, actuará como aliado activo desde la oposición para garantizar que a la institución, tras capear las peores condiciones de su historia por la crisis, le espera un futuro de excelencia en la docencia, la investigación y la empleabilidad de sus alumnos. En su primer debate de campaña, los dos candidatos también se comprometen a pelear ante la Xunta una financiación acorde al esfuerzo realizado para mantener la calidad.

| Manuel Reigosa (M.R.). Apostamos por una universidad que vuelva a subir como un cañón aprovechando la recuperación económica. Llegamos a estar en el ranking de Shanghái, entre las 500 mejores del mundo, y desde entonces, en parte por la crisis, hemos ido cayendo. De hecho, hay instituciones del entorno que estaban muy por debajo y que ahora nos superan en algunos rankings. Y pondremos nuestro énfasis en las personas y no en el ladrillo. El déficit mayor está en el personal. Nos preocupa el envejecimiento de la plantilla, la mayoría de profesores tienen más de 52 años, y la captación y retención de talento. Llevamos el título de H2040 porque queremos planificar la universidad del futuro. Hay instituciones buenas, regulares y malas. Hemos estado siempre entre las primeras, apostando por una docencia de mucha calidad y muy cercana al alumnado y por una investigación excelente. Y queremos seguir por esa línea.

| Emilio Fernández (E.F.). La Universidad no está en caída, sino sana. Hemos pasado por una crisis terrible cuyas consecuencias se mantienen. Y aún así, los indicadores señalan que está fuerte y seguimos bien en los rankings que debemos usar, los referidos a instituciones comparables a la nuestra. Es verdad que caímos en el de Shanghái, pero también que estar o no a veces es cuestión de publicar uno o dos papers en una revista de alto nivel. Y la calidad no se debe definir por eso. Hemos mantenido una buena situación y eso nos permite ahora, en la fase de remontada, jugar con cierta holgura. Pero estamos encorsetados por normativas, especialmente, las de control de gasto en personal, que nos dejan inhábiles para tomar decisiones. Nos preocupa cómo reemplazar y aumentar nuestras plantillas pero el dinero que tenemos para salarios es pequeño y no nos dejan utilizar el que sí tenemos para contratar a más gente.

| M.R. Representas a una candidatura continuista y ves las cosas de forma diferente a mí, que he sido el líder de facto de la oposición. Santiago y A Coruña gastan más porcentaje de su presupuesto en masa salarial que nosotros. He aplaudido que la Universidad esté saneada pero cuando uno lee que Santiago, en una situación económica peor, recibe permiso y dinero para contratar a 150 titulares y 150 catedráticos da la impresión de que por ser tan ortodoxos a veces no conseguimos tanto. A Vigo le toca pedir, especialmente, a la Xunta.

| E.F. Mis datos no indican eso. Estamos al 100% de masa salarial y Santiago y A Coruña, ligeramente por debajo. Mi candidatura no es continuista. Hay personas, como yo mismo, con relación directa con el gobierno actual, pero también otras que no tienen nada que ver. Nos han apoyado en público líderes de la oposición de etapas anteriores y en nuestra lista hay gente que no se ha distinguido precisamente por sus alabanzas al equipo rectoral. Aprovechamos cosas que están bien y modificamos políticas del actual gobierno de forma radical con las que no estamos de acuerdo. Lo que no somos es oposición de nadie. Somos una cosa totalmente nueva.

| M.R. Profesorado, Personal de Administración y Servicios (PAS) están desmotivados. Los órganos de gobierno no han funcionado como espacios en los que contrastar opiniones y conseguir acuerdos. Ha sido un periodo especialmente duro, probablemente marcado porque solo hubo una candidatura. La gente no ha participado, no se le ha permitido o no se la ha animado. Haré una apuesta por dinamizar y revitalizar el Claustro, ya cercenado por la LOU, pero en los nuevos estatutos hemos recuperado muchas competencias. La respuesta de los profesores es espectacular cuando les das un camino y oportunidades. Y lo mismo ocurre con el PAS, cuya RPT acabó en los tribunales, se aplicó sin la aceptación de ningún sindicato y habrá que revaluarla. Aún así, fueron capaces de dar servicio en un brevísimo lapso de tiempo. La gente quiere a la institución y espero que todos se sientan más orgullosos dentro de 4 años gobierne quien gobierne.

| E.F. Nuestro diagnóstico es similar, percibimos una desilusión general. Es necesario muchísimo más diálogo y escucha para tomar decisiones lo más compartidas posibles. Una de las máximas de nuestra candidatura fue contar con gente respetada en sus centros y, lo más importante, con demostrada capacidad de diálogo. Respecto a las causas externas, todo lo que tenga que ver con dinero nos va a costar porque tenemos muy poco margen de mejora presupuestaria. Pero hay muchas acciones que son gratis, las de la actitud, de hablar con la gente con una sonrisa, con tranquilidad. Por ahí debemos empezar.

| E.F. El plan actual nos perjudica porque la parte estructural ha adquirido más peso, lo que beneficia más a otra universidad. Nuestro planteamiento es negociar un sistema en el que la financiación por objetivos sea mucho más importante. Es cierto que las tres universidades tenemos características y necesidades muy distintas, no es lo mismo que tu objetivo sea sanearte o pagar salarios que impulsarte hacia adelante, pero como nos corten la posibilidad de motivarnos con los fondos por objetivos se hará un muy flaco favor al progreso del sistema gallego. Las negociaciones del próximo plan serán complicadas. La Xunta tiende a repartir sin criterios claros o incluso a veces a tirarnos al ruedo y ver cómo nos descuartizamos, cuando su tarea debería ser la de motivarnos para trabajar juntos. Lo primero que hay que exigir es más dinero. Si hubiese más holgura a lo mejor se relajaban las cosas.

| M.R. El primer plan era más progresista que el actual. En los objetivos se incluyen epígrafes como el de tener Consello Social, que es obligatorio. Una universidad que se precie debe luchar siempre por que se premie el esfuerzo y hay un cierto engaño en el plan actual. Y otro problema adicional es que muchas cuestiones hay que modularlas en función del tamaño. No es posible conseguir los mismos objetivos que otra universidad con mucho más profesorado. La Xunta tiene que saber que Vigo quiere un plan más justo, que potencie más la calidad y premie al que realmente hace bien las cosas. Todos nos sentimos parte del sistema y estoy seguro que no será difícil entenderse con los otros rectores, aunque en los indicadores la lucha será titánica.

| M.R. Debemos eliminar y simplificar la burocracia a todos los niveles porque hay un exceso que hace muy compleja la vida del personal e implementar la administración electrónica. Y también tenemos que ajustar la plantilla para que este trabajo no recaiga en el PDI de los grupos de I+D. Queremos apoyar a los investigadores para que consigan fondos y promocionar especialmente las convocatorias europeas, no solo las del Horizonte 2020, sino otras en las que tenemos potencialidad pero no se conocen. Habrá una oficina de proyectos que se encargará de identificar estas oportunidades.

| E.F. Estamos en una situación límite en cuanto a burocracia. Debemos tener una actitud extremadamente beligerante en los foros donde estamos y e intentar minimizarla tras un análisis muy sosegado de nuestra estructura organizativa-En cuanto al I+D, planteamos reducir la carga administrativa de los grupos más competitivos, que están destinando a tareas administrativas parte del dinero que reciben para aumentar su capacidad investigadora. Reforzaremos la unidad de proyectos que ya existe y plantearemos contratos-programa con grupos que son buenos pero que carecen de financiación.