Los hoteles de la ciudad cerraron la Semana Santa con una ocupación del 60%. Los datos son inferiores a los obtenidos en 2017, principalmente por dos motivos: el adelanto de las fechas vacaciones y el mal tiempo. "Es una temporada importante para nosotros, pero las cuentas las hacemos a final de año", apunta César Ballesteros, presidente de la Federación Provincial de Hostelería de Pontevedra (Feprohos). Para él, los resultados son "aceptables" y el sector puede estar "relativamente satisfecho" de cómo ha ido el periodo vacacional.

El siguiente repunte en el número de pernoctaciones puede llegar a finales de mes, coincidiendo con el puente de mayo. Sin embargo, las reservas se están haciendo esperar. "Todavía es pronto para que la gente elija un destino. Además, las noticias que alertan sobre el mal tiempo en Galicia echan para atrás a los turistas, que esperarán a que se acerque la fecha para optar por un lugar u otro", anota Ballesteros, que mira con optimismo el balance anual. "Queda mucho y en verano nos lo jugamos todo, pero la sensación es que se ha incrementado un poco el precio medio", señala.