Los responsables del dique cajonero Sato Levante han optado por reforzar la seguridad en el atraque de su mastodóntica estructura flotante después de los momentos de tensión vividos el pasado viernes en Bouzas cuando las amarras que lo sujetaban al muelle rompieron por la intensidad de las rachas de la ciclogénesis Hugo. Con este propósito varios remolcadores reubicaron en la mañana de ayer la estructura -de 60 metros de eslora por 36 de manga y 50 de altura- en la dársena 1, frente a las nueva casetas de armadores.

Esta zona dispone de puntos de amarre de mayor resistencia que los existentes en el emplazamiento anterior, como quedó demostrado con el noray que arrancó el Sato Levante a causa del formidable empuje que ejerció el vendaval. Por quedarse sin esta sujeción, el dique entró en una peligrosa deriva con serio riesgo de colisión contra el resto de las embarcacione atracadas que por fortuna evitó la rápida intervención de los remolcadores.

Por sus extraordinarias dimensiones, la maniobra de posicionamiento del Sato Levante en su nuevo destino desplegó a un buen número de efectivos, desde remolcadores y amarradores, hasta prácticos y tripulantes de la plataforma perteneciente a una filial de OHL. También otros buques tuvieron que desplazarse de sitio para dejar hueco al coloso, que como el resto de unidades de esta compañía, tiene en Vigo su puerto base.