Apenas 48 horas después de que el Concello presentase sus objeciones a la ciudad deportiva que el Celta proyecta en Mos, el presidente del club, Carlos Mouriño, criticó ayer con dureza la actuación del Gobierno local. El directivo celeste le achacó que "mezcle la política con deporte" e incluso aseguró que Praza do Rei ha esgrimido argumentos desde el "populismo". "¿De dónde viene todo esto? ¿Es ignorancia, mala leche...? Siempre hemos dicho que el Celta no se iba a dejar someter jamás. Y en esa línea es en la que vamos a continuar", zanjó Mouriño, quien puso el foco en el alcalde, Abel Caballero.

El presidente del Celta explicó que en diciembre, "de mutuo acuerdo", ambas partes acordaron que el club aceptaría la concesión del estadio de Balaídos a cambio de que el Consistorio vigués no se "entrometiera" en la ciudad deportiva. Según reconoció ayer Mouriño, el club aceptó el convenio "a regañadientes" porque cree que "no es la mejor opción ni para el Celta ni para la ciudad", pero lo asumió por el pacto que habían alcanzado.

El viernes, sin embargo, la directiva celeste se encontró "asombrada" e incluso "un poco traicionada" al conocer las objeciones presentadas por el Concello. "Se hizo un compromiso y ahora se rompe unilateralmente y sin ninguna justificación, sin saberse por qué. ¿Quién lo rompe? El de siempre. El que no quiere que crezcamos, que no hagamos nada, que estemos supeditados a lo que a él se le antoje y quiera", lamentó Mouriño, y recalcó: "Alcalde, no me sometes".

Esa decisión por parte del Gobierno local, explicó ayer el responsable del Celta, tiene sus consecuencias también en el acuerdo alcanzado a finales de 2017. "El Celta y el Concello no van de la mano, rompiste el acuerdo" -reprochó a Caballero- "Y esa rotura de acuerdo me obliga a deciros que yo no tengo por qué respetar el acuerdo de la concesión de Balaídos. Me tiene sin cuidado si quiere gastar dinero del pueblo en él o no. Pero como se siga entorpeciendo la ciudad deportiva de Mos, no existirá convenio con Balaídos".

Sobre el coliseo celeste, Mouriño recordó que el Celta no pidió su reforma sino "un permiso para hacer un estadio nuevo" y lamentó que los "retrasos" en la obra son "una cortina de humo para ponerle pegas" al proyecto de Mos.

En cualquier caso, el presidente del club no da por rotas las relaciones con el Concello, aunque advirtió de que la entidad se siente "muy ofendida". "Siempre estoy dispuesto al diálogo, pero las relaciones están tremendamente dañadas. Nos quiso echar a la ciudad encima", concluyó tras insistir en que, "pese a quien le pese, y le va a pesar mucho, el proyecto de la ciudad deportiva de Mos se hará".

Durante su intervención se esforzó también en dejar claro su "agradecimiento" a la ciudad, a sus vecinos y el celtismo, pero no al Ayuntamiento. "Queremos hacer cosas en Vigo y por Vigo. Solo hay un problema: no nos dejan. Una vez dijimos que no nos íbamos de Vigo, sino que nos estaban echando. Lo confirmo totalmente", anotó.

Una de las cuestiones en las que más insistió Mouriño fue en rebatir las objeciones del Concello a la ciudad deportiva. En especial se centró en el punto del informe municipal que señala que la modificación puntual del PXOM de Mos para acoger el complejo "no se ajusta totalmente a derecho". "Afirmamos con rotundidad que es absolutamente legal", recalcó el presidente celeste: "Tenemos todos los avales, desde el de la Xunta hasta el de los técnicos particulares".

También cuestionó los argumentos municipales que inciden en el elevado coste que tendría para las arcas de Praza do Rei preparar el suministro de agua para el complejo, su impacto sobre el tráfico local y la necesidad de reforzar líneas de Vitrasa para comunicarlo con el casco urbano.

Sobre el primer punto, aseguró que el Celta pagará su consumo de agua e incluso podría surtirse de la presa de Os Valos. En cuanto al tráfico reveló que el proyecto recoge una partida de 20 millones para la mejora de infraestructuras de comunicación, por lo que no perjudicará a las carreteras locales, y apuntó que el complejo "no necesita" estar enlazada con el bus urbano de Vigo. "La ignorancia, cuando se quiere tener por motivos que nada tiene que ver con las instituciones, sino por la política, sigue siendo muy grande y supina", zanjó tras lamentar que, después de 10 años "luchando" para fijar la ciudad deportiva en Vigo, sea ahora cuando el Concello "lo pone todo fácil".