De los 3.834 médicos en activo en la provincia, poco más de la mitad -el 56%- tienen menos de 55 años, según las últimas estadísticas de colegiados del Instituto Nacional de Estadística. El grupo más numeroso de doctores es el de los que llegarán a la edad de jubilación a lo largo de los próximos diez años. Son dos de cada cinco. Menos de un tercio de los que ya han superado esos 65 años -el 31%-, decide seguir trabajando. El de reposición de estos profesionales es uno de los principales problemas a los que se enfrenta la sanidad gallega en el medio plazo. De hecho, sus consecuencias ya se han empezado a percibir.

Por franjas de edad, los grupos de colegiados están menos nutridos cuanto más jóvenes. Así, en la provincia hay 669 médicos menores de 35 años -el 17,4% de los activos- y 675 de entre 35 y 44 -el 17,6%-. En la siguiente, ya se observa una mayor diferencia. Son 819 los que tienen entre 45 y 55 años. Pero donde se concentra el grueso de los profesionales es en la última década antes de la edad de jubilación. Son 1.450, el 38%.

Muchos médicos continuaban con su actividad superados los 65 años, ya que el Sergas permitía esta prolongación hasta cumplir los 70. Pero las medidas de austeridad, introdujeron la jubilación forzosa en los 65 a partir de 2012, lo que supuso la salida de un buen número de ellos, a los que solo les quedó la vía privada para poder seguir trabajando. En abril de 2016, Sanidade dio marcha atrás de forma parcial a su decisión y permite prórrogas hasta los 67 años. Ahora plantea añadir un año más. Y es que cada vez tiene más dificultades para reemplazar a los profesionales que se retiran sobre todo, en ciertas especialidades, como Medicina de Familia y Pediatría.

Las últimas cifras del INE son precisamente de 2016. De los 718 colegiados en la provincia con más de 65 años, solo 221 seguían ejerciendo, ya sea en la pública o en la privada.

Otra de las realidades que ponen de manifiesto estos datos es la progresiva conquista de esta profesión por parte de las mujeres. Ambos sexos están prácticamente igualados en el total de los colegiados -2.175 varones frente a 2.156 féminas-, pero ellas son más del doble de los doctores colegiados con menos de 55 años. Hay 1.463 doctoras que no superan esta edad en la provincia, frente a los 700 doctores. Pero el dominio es mayor cuanto más reciente sea la promoción. Así, en las nuevas generaciones, las que tienen menos de 35 años, ellas triplican en número a sus colegas -son 505 frente a 164). En la siguiente franja, entre los 45 y los 55, les doblan de largo -con 463 mujeres frente a 212 hombres-. En la que abarca de los 45 a los 54 años es donde se produjo el adelantamiento. Ellas son 495, un 53% más.

Los facultativos mantienen su mayoría en el grupo que llegará a la edad de jubilación en el plazo de una década son 889, un 58% más que las médicas. Y las cuadruplican superados los 65. De un extremo a otro en medio siglo.

El acceso de los hombres a la Enfermería, en cambio, es mucho más reducido. De hecho, su presencia es mayor en la última década antes de la edad de jubilación. Son una sexta parte de los 933 profesionales colegiados. En las nuevas generaciones, las de menos de 35 años, representan el 11,5% del total.

El personal de Enfermería colegiado está repartido de una forma más homogénea que el de Medicina en función de las franjas de edades. Ronda el millar entre los menores de 35 y también entre los mayores de 55. El grupo más numeroso es el de 35 a 44 años, con casi 1.300 y el más escaso, el de los que tienen entre 45 y 54 años, con medio millar menos. Así, en esta profesión parece que el relevo no tendrá tantos problemas, ya que el 57% de los colegiados tiene menos de 44 años. Y, sin embargo, también surgen dificultades para sustituirlos durante vacaciones por la dimensión del colectivo en la sanidad pública.