Época de cambios en el Colegio de Procuradores de Vigo. Y es que tras un período de ocho años en el que al frente de la entidad estuvo Manuel Castells, estos profesionales cuentan desde ayer con nuevo decano: José Antonio Fandiño Carnero, de 58 años y con más de tres décadas de experiencia profesional, que encabeza una junta directiva que se ha marcado como principales retos "renovar y modernizar" la profesión y reivindicar la adopción de nuevas funciones para ayudar a reducir los tiempos en la ejecución de sentencias. Este colectivo también es clave en el proceso de digitalización de la Administración de Justicia: con la presentación de demandas y escritos y a su vez la recepción de notificaciones ya normalizado gracias al sistema Lexnet, lo cierto es que aún queda camino hasta llegar a la implantación plena del expediente judicial electrónica. O lo que es lo mismo, al objetivo del "papel 0".

Fandiño, colegiado desde 1983 y muy conocido y considerado en el ámbito judicial vigués, sucede a Castells, que estuvo al frente del colegio desde 2010 durante dos mandatos consecutivos. Muy activo en el colectivo e implicado desde siempre en los cambios legales y de la profesión, juristas de la ciudad, tras conocer su nombramiento, lo describían ayer como "un referente". La candidatura encabezada por el recién designado decano fue la única que se presentó, por lo que fue ratificada en una junta general extraordinaria este jueves. El 63% de sus miembros son mujeres.

La junta de gobierno entrante, además de por Fandiño como máximo representante, la forman Gisela Álvarez -vicedecana-, José Curbera -secretario-, Nuria Alonso -vicesecretaria-, Paula Lima -tesorera- y los vocales Carolina Riobo, María Crende, María José Toro, Rosa Marquina, José Fernández y Jesús González Puelles. Este último regresa al equipo directivo tras haber sido decano desde 1990 a 1998 y desde 2006 a 2010.

La nueva directiva propondrá un programa de trabajo centrado en renovar la profesión. Quieren que los procuradores sean "el eje" para agilizar el funcionamiento de los juzgados vigueses. El plan apuesta por una máxima implicación en las nuevas tecnologías y en la "adaptación" a las necesidades de la Justicia. Uno de los retos será "convencer a las autoridades" para que los procuradores asuman funciones de ejecución de sentencia. España es el segundo país europeo que más dilata la duración de sus ejecuciones: 1.242 días en 2010.

"Es necesario revitalizar la figura del procurador, modernizarla y adaptarnos a los nuevos tiempos", afirma Fandiño. "Nos enfrentamos continuamente a nuevos retos: primero, la supresión de la territorialidad; después, la digitalización de las notificaciones con Lexnet. Ahora nos toca reivindicarnos: defender la dignidad de la profesión y que adoptemos funciones de ejecución para ayudar a agilizar la justicia", concluye. El colegio vigués cuenta con 156 procuradores colegiados con actividad en los partidos judiciales de Vigo, Porriño, Redondela, Tui y Ponteareas.