Son nuestras vecinas aunque apenas las conocemos y, en el peor de los casos, incluso las ignoramos. Más de un centenar de especies de aves urbanas viven en Vigo y su observación supone una manera fácil y atractiva de aprender la importancia de la biodiversidad. Así que las empresas Observer y Habitaq han organizado "paxareos" en varias ciudades gallegas para despertar el interés por la riqueza que anida en nuestros entornos más próximos. Y tras una primera experiencia en Santiago, la ruta recala hoy en Vigo antes de continuar en Pontevedra y Lugo.

Si el tiempo lo permite, Xabier Vázquez Pumariño, biólogo, ornitólogo y consultor ambiental en Habitaq, guiará a un pequeño grupo de participantes en un recorrido por el Lagares y la zona de playas. "Las aves urbanas constituyen una ventana a la naturaleza. Y las posibilidades son tremendas. A la gente le resulta sorprendente que en Vigo vivan unas 140 especies, en Pontevedra entre 150 y 160 y en Santiago unas 115. En la ruta del otro día identificamos 36, una cifra que está bastante bien para esta época del año", comenta.

"Cada vez es mayor la población que vive en ciudades y la observación de aves urbanas permite estar en contacto con la naturaleza sin tener que coger un vehículo y hacer kilómetros contribuyendo a la contaminación. Nos dan la oportunidad de aprender cosas que están ocurriendo a nuestro lado pero que no conocemos y también de concienciarnos medioambientalmente", añade el experto.

El censo vigués lo lideran las palomas y la gaviota patiamarilla, pero también es importante la presencia de pardales, corvos mariños -cormorán- o picafollas. "Además de aprender cómo viven, la observación de aves permite conocer qué significa su presencia o ausencia en las ciudades. Los pardales sufren un declive vertiginoso en las ciudades, lo que supone una alerta sobre lo que puede estar pasando con nuestra salud", apunta Vázquez Pumariño.

La observación de aves constituye una de las líneas de trabajo de Habitaq -bajo la marca birding.gal- y el ornitólogo confía en que la experiencia de Vigo pueda convertirse en una cita regular. "Estamos muy contentos con la posibilidad de organizar junto a Observer actividades de divulgación en ámbitos poco conocidos como éste. Es turismo de naturaleza, pero también científico porque los participantes aprenden sobre biodiversidad":

El experto asegura que el "birding" o "paxareo" es apto para todo tipo de público a partir de los 8-9 años. Solo es preciso disponer de prismáticos, que para estas rutas son aportados por los organizadores, y comportarse de forma sigilosa en presencia de las vecinas aladas.

La proporción de aficionados en España todavía es pequeña comparada con la de países como EE UU, Holanda o Reino Unido, donde una persona de cada ochenta observa aves. "Pero también es verdad que está creciendo muchísimo, a pasos agigantados. De todas las actividades en la naturaleza es la que más aumenta", subraya.

Y en el mundo actual en el que vivimos incluso se dan "paradojas" como la de Holanda, donde las ciudades se han convertido casi en santuarios de la diversidad. "El país está tan intensamente cultivado y la ganadería es tan agresiva que en el campo hay muy pocas especies no solo de aves, sino también de insectos como mariposas o libélulas y anfibios. Y en cambio hay más variedad en los parques y jardines urbanos".