Los recortes y las graves trabas burocráticas amenazan con convertir al IEO, una institución pionera que participa y lidera numerosos proyectos nacionales y europeos, en el "socio indeseable" con el que nadie quiere colaborar. Casi un centenar de trabajadores del Oceanográfico vigués, el de mayor plantilla de todo el país, secundaron ayer una protesta simultánea convocada a nivel nacional para denunciar la situación de "agonía" y "colapso" que sufre el organismo.

Durante la concentración se leyó el manifiesto firmado por más de 300 investigadores, técnicos y personal de administración de los nueve centros y la sede central del IEO. Los asistentes vigueses portaban lazos azules con el lema "En defensa del IEO" y, entre ellos, se encontraba la actual directora, Victoria Besada, y uno de sus sucesores, Alberto González Garcés.

Los trabajadores de cabo Estai denuncian que la ejecución presupuestaria se ha reducido a un 30% en 2018, un descenso que no se justifica solamente por la crisis, sino también por la excesiva centralización y una burocracia jurásica. De forma que esta última medida agravará un panorama enquistado de equipamientos científicos sin reparar durante años, devolución de subvenciones por no poder ejecutar los fondos concedidos, trabas administrativas que hacen imposible contratar personal a cargo de proyectos o jubilaciones sin cubrir.

"El estrés es tremendo. No podemos ejecutar el dinero de proyectos que ya tenemos concedidos y esto afecta a los objetivos. Somos una institución con la que todo el mundo quiere colaborar por la inmensa riqueza de sus estudios y bases de datos y por la especialización e implicación de sus trabajadores. Y nuestro temor es que ahora pasemos a convertirnos en el socio indeseable", lamenta Montse Pérez, que trabaja desde hace 7 años en la planta de cultivos marinos.

Como socios del proyecto europeo Diversify para el cultivo de especies emergentes, el centro vigués ha obtenido avances en la domesticación de la cherna y tenía que organizar en julio un workshop que se podría ver afectado por los recortes: "Si tenemos problemas para afrontar los gastos, la organización no será la adecuada. El resto de instituciones nos preguntan y no sabemos qué contestar. Es frustrante".

Pérez también alerta de los efectos en los animales de los experimentos. "Estoy de acuerdo con justificar en qué se gasta el dinero público, pero la burocracia es tan excesiva que puede llegar a afectar a la supervivencia de los stocks. La máquina enfriadora del agua está estropeada desde el año pasado y cuando llegue mayo tendremos muchos problemas. Además, solo nos funciona una bomba para captar el agua del mar y hace semanas, debido a las tormentas, tuvimos que utilizar el sistema viejo. Si vuelve a ocurrir algo podemos quedarnos sin bombeo", detalla.

Lucía Viñas trabaja en temas de contaminación marina y precisa de cromatógrafos y otros equipos de alto coste. "Desde hace 2 o 3 años no tenemos contratos de mantenimiento. Y si alguno se estropea la factura no podría pasar de los 5.000 euros, pero el técnico ya cobra 1.000 solo por venir. Así que si pasa algo estoy perdida. La parálisis es total. En Madrid no hay gente suficiente y cuando nos dejaban tramitar estos expedientes teníamos que esperar 7 o 9 meses a que se resolviesen", asegura.

"Llevamos años parcheando con la buena voluntad de todos los trabajadores. No tenemos ni ascensor y cuando me traen las botellas de gas de 25 litros que utilizo me las suben a mi planta de favor. A estas alturas del año, ya no puedo utilizar más dinero para comprar material de laboratorio, me queda para un mes y medio, no mucho más. Y tendré que devolver fondos de un proyecto europeo para poner a punto técnicas de medición de microplásticos porque no me dejan gastarlos. Y conseguimos participar porque se nos considera buenos socios y punteros. Mendigamos hasta simples filtros. Es un trabajo precioso y nos gusta pero la situación resulta desesperante", lamenta.

Viñas también apunta a la imposibilidad de contratar personal con cargo a proyectos -"Si son de 2 años ya no te compensa porque tardan en resolver el proceso entre 14 y 16 meses"-, así como a las jubilaciones sin cubrir. "Cuando llegué en el 94 éramos siete químicos, pero desde enero estoy yo sola", comenta.

"En los últimos cinco años se jubilaron 20 personas y prácticamente no ha venido nadie nuevo, lo que significa que los que quedamos estamos saturados y hacemos lo que podemos", añade Fernando González, con más de dos décadas de experiencia en Pesquerías Lejanas.

"Excesiva centralización"

La próxima campaña será a finales de mayo y está por ver cómo le afectarán los recortes. "Todos sufrimos con la crisis, pero en nuestro caso la situación se alarga y muchos problemas son producto de una gestión deficiente. Hay una excesiva centralización y el personal en Madrid es insuficiente. Perdemos competitividad y credibilidad frente a otras instituciones internacionales", advierte.

Así las cosas, los investigadores afrontan con incertidumbre la próxima convocatoria de proyectos del ministerio. "Los mensajes son contradictorios. Por un lado, te animan a buscar financiación externa y, por otro, te ponen palos y trabas administrativas. La sensación es de hartazgo y desánimo. Y parece que las quejas caen en saco roto porque, al final, la ciencia no se valora. El nuevo ministro de Economía, del que dependemos, no citó para nada la ciencia en su discurso", reprocha.

Mientras valoran cuál será su siguiente movimiento, el personal aguarda una respuesta oficial del ministro, la secretaria de Estado de I+D o del responsable del organismo estatal, Eduardo Balguerías, a quienes remitieron su manifiesto la semana pasada. "Carmen Vela envío una nota interna a las direcciones justificando los retrasos pero todavía no ha habido reacción. El director del IEO estuvo en Vigo hace unos días y no nos convenció para nada lo que dijo. Ven nuestra movilización como un ataque, pero nuestro manifiesto es en defensa de la institución. No estamos pidiendo cabezas, sino que queremos soluciones", insiste Fran Rodríguez, uno de los impulsores de la movilización.

"Somos funcionarios y es difícil trasladar nuestras quejas a la sociedad pero lo hacemos como un acto de responsabilidad por nuestra parte", concluye.

Montse Pérez - Planta de cultivos marinos

"La burocracia podría afectar a la supervivencia de nuestros animales"

Fran Rodríguez - Microalgas nocivas

"La movilización no es un ataque, sino una defensa de la institución"

Lucía Viñas - Química, experta en contaminación marina

"Tengo material de laboratorio para un mes; mendigamos hasta filtros"

Fernando Glez. - Pesquerías lejanas

"En los últimos 5 años se jubilaron 20 personas y no ha venido nadie"