Sus estudios no distan con los de una carrera universitaria: cuatro años de duración, 240 créditos que superar y un trabajo final que todo alumno deberá presentar ante un tribunal. Muchas semejanzas pero una gran diferencia: el número de graduados al término de la promoción es mucho menor. Y es que la tasa de graduación en el Conservatorio Superior de Música de Vigo ronda el 50%, lo que implica que la mitad de los estudiantes repiten al menos un curso o alguna materia antes de finalizar sus estudios. "En general, el alumnado necesita de un mínimo de cinco años para lograr el título, independientemente del instrumento o itinerario por el que se haya decantado", reconoce su director, Esteban Valverde.

Esta situación conlleva que en una misma clase convivan estudiantes de varias promociones. Por ejemplo, a día de hoy el 6% del total de los estudiantes entraron en el Conservatorio en el curso 2010/2011 mientras que del último periodo de matriculación del que hay datos, el curso 2013/2014, todavía continúa estudiando el 60% de los que entraron ese año. "Sale mucha menos gente de la que entra. Al final absorbemos alumnos de tantos años que en determinados cursos hay pocas plazas para nuevo alumnado", señala Valverde. "El ratio es de 15 alumnos por profesor, por lo que no podemos tener a más de 75 alumnos por curso. Si nos encontramos con 100 no lo podemos reabsorber", sostiene el también profesor del centro.

Pero estos datos también proporcionan una lectura positiva. Esteban Valverde explica que una década atrás el porcentaje de graduados al año apenas rondaba el 39%. "Se ha hecho mucho por mejorar, pero se tarda más de lo que nos gustaría. Mucha gente tiene su trabajo y compatibiliza ambas cosas, se lo toma con más calma", reconoce el docente, quien aclara que no "lo ven como un hobby". "Son muchas las horas que hay que echarle para dominar un instrumento y aunque se tarde, se van sacando", admite el director del Conservatorio Superior. El alumnado dispone de un máximo de ocho años para lograr hacerse con la titulación.

Tasa de abandono

Muy significativa es también la tasa de abandono en las instalaciones de O Castro. Uno de cada cuatro estudiantes que se matriculan en los distintos itinerarios que ofrece el centro lo deja antes de lograr la titulación.

A juzgar por los datos, este índice se ha ido reduciendo con el paso de años: mientras en el 2010 se situaba en el 35,32% del alumnado, tan solo un lustro cayó al 20%. "Notamos que hay mucha gente que se matricula en dos itinerarios y al final termina quedándose solo con uno", aprecia el docente, quien se participó esta semana junto al jefe de estudios del programa Erasmus para el profesorado.

Todos los alumnos que concluyan las materias teóricas y, para conseguir el título, es obligatorio la superación de un trabajo de fin de estudios, y en él se encuentran ahora inmersos los estudiantes de cuarto curso del Conservatorio. Su duración se estima entre los 4 y los 6 meses y en él van inmersos tanto un trabajo de investigación escrito y un concierto. "Es la prueba más importante para lograr la acreditación y también la que más cuesta. Un 20% de la nota depende del trabajo escrito o de investigación y un 80% del concierto final", expone Esteban Valverde.

El Conservatorio Superior es la última etapa de enseñanza musical reglada y la imparten dos centros públicos en Galicia (Vigo y A Coruña). En este presente curso fueron 331 los matriculados; cuatro más que el año anterior. Y es que además de contar con alumnado vigués, está inmerso en los programas de movilidad internacional. Intercambian profesores y alumnos con 128 centros de una veintena de países europeos. Este curso estrenan relación también con Estados Unidos y, para el próximo ya tramitan contactos con centros de México, China y Corea. En este sentido, el 5% de sus matriculaciones ya corresponden a estos estudiantes de centros extranjeros.