La Autoridad Portuaria se frota las manos con el proyecto de traslado a la ETEA del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC de Bouzas. La previsión más optimista todavía sitúa en 2023 la apertura del centro científico en el antiguo recinto militar de Teis, pero en Praza da Estrela ya tienen claro qué uso dar a las instalaciones desalojadas en Eduardo Cabello. Su primer planteamiento pasa por la recuperación íntegra de la parcela de 4.500 m2 mediante el derribo del inmueble levantado hace cinco décadas con el objetivo de dedicar el terreno liberado al asentamiento de empresas. "Nos viene bien; es mucho espacio", justifica su presidente, Enrique López Veiga.

Este plan presenta, sin embargo, varios inconvenientes que la Autoridad Portuaria deberá solventar si persiste en llevarlo a cabo. Para empezar, aunque la parcela le pertenece, el dueño del edificio es, como así figura inventariado, de Patrimonio del Estado, con lo que cualquier decisión que afecte a su futuro requeriría necesariamente de una negociación previa con la institución propietaria. Sobre los términos en los que se produciría un hipotético acuerdo que permitiera al Puerto echar abajo lo que no le pertenece, desde el instituto no ven ninguna dificultad e incluso descartan que lleve aparejada alguna compensación económica para el CSIC.

Otro escollo con el que tropieza la iniciativa de López Veiga guarda relación con la catalogación urbanística que recibe la parcela de Investigaciones Marinas en la Delimitación de Espacios y Usos Portuarios (Deup), el documento equivalente al PXOM portuario. Recientemente anulado por el Tribunal Supremo pero en vigor mientras no se resuelva el recurso presentado por Puertos del Estado, este espacio figura en el DEUP reservado al "uso dotacional" por lo que ofertarlo a las empresas conllevaría un cambio puntual del planteamiento. Tampoco esta medida, en teoría, entrañaría mayores problemas teniendo en cuenta el precedente registrado con el IES Audiovisual que, curiosamente, guarda ciertas similitudes con lo que pretende hacer ahora el Puerto. La construcción del centro educativo justo detrás del edificio el CSIC necesitó también de una modificación del Plan de Usos aunque a la inversa, de uso industrial a dotacional, e implicó el derribo de una nave ocupada por los rederos de Bouzas.

Ninguno de estos inconvenientes parece insalvable para el dirigente portuario, quien ayer recordaba con nostalgia la inauguración del edificio del CSIC en 1973 por haberlo vivido en primera persona como perteneciente a su plantilla de biólogos. Por esta y otras razones dice conocer bien un inmueble que dada su antigüedad "es de difícil aprovechamiento por eso probablemente se derribe". "Cuando presenta estas condiciones casi compensa más hacer un edificio nuevo", argumenta dejando entrever lo que desearía que hiciera el futuro concesionario de esa parcela.

Además de la sede del instituto, el CSIC trasladará también a la ETEA su Unidad de Tecnología Marina. Los locales que ocupa este departamento en el edificio de los soportales de Beiramar quedarán por tanto vacíos en el plazo de cuatro o cinco años, pero de mantenerse la actual demanda de oficinas portuarias, tardarán poco en ocuparse.