El año 2015 marcó un antes y después en la forma de entender la ciudad. Los grandes desniveles existentes en la urbe comenzaron a dejar de ser un inconveniente para vecinos y turistas gracias al programa "Vigo Vertical". La primera actuación de la iniciativa fue la escalera mecánica de Porta do Sol, que salva una cuesta de diez metros de altura.

La aparición de restos arqueológicos en el lugar ralentizó el segundo tramo hasta Abeleira Menéndez a comienzos de este año. A finales de 2015 el Concello puso en marcha el primer ascensor urbano, que une Camelias y Menéndez Pelayo y que permite subir un desnivel de veinte metros en apenas 45 segundos. El día de su inauguración, el alcalde Abel Caballero calculó que en solo una hora el elevador puede dar servicio a entre 2.000 y 3.000 personas.

En octubre de 2016 la ciudad recibió una inyección de 15 millones de euros del Programa Operativo de Crecimiento Sostenible FEDER 2014-2020 para dar continuidad al programa y los proyectos se multiplicaron. Así, el gobierno local proyectó dos nuevos elevadores en la zona de Torrecedeira.

El primero de ellos, ya en construcción junto al Parque Cela, conectará la calle con Pi y Margall, y el siguiente hará lo propio con Marqués de Valterra. También está licitado un ascensor de vidrio que sorteará los cinco metros que separan las calles San Salvador y Pizarro, actualmente unidas por dos tramos de escaleras.

La joya de la corona, hasta ahora, son las cintas transportadoras de Gran Vía, que permitirán salvar los más de 650 metros de pendiente -con una inclinación superior al 9% en algunos tramos-. El nuevo paseo mecanizado atravesará el centro del bulevar y su presupuesto asciende a 8,9 millones de euros.