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Uno de cada 4 obtiene el carné tras repetir al menos tres veces el práctico

Los vigueses se atascan en la carretera, pero en la teórica aprueba el 70% de los aspirantes

La parte práctica del examen de conducir se le atraganta a los vigueses al ser el número de aprobados en la prueba teórica casi 20 puntos superior que la de circulación. Y eso sin contar las posibles repeticiones de este último examen a las que tienen derecho los aspirantes. Los últimos datos publicados por la DGT sobre el número de aptos y no aptos por tipo de prueba, convocatoria y autoescuela revelan que uno de cada cuatro conductores -concretamente el 22%- necesitó tres o más convocatorias para obtener la ansiada "L" tanto para el carné de tipo B, el que habilita para conducir vehículos turismo normales, como para los de A1 y A2 de motos.

De los 750 aprobados en esta modalidad práctica, 163 fueron logrados por conductores que acudieron a la prueba entre 3 y 5 veces, si bien la gran mayoría de los aspirantes no necesitan acudir una segunda vez. Un total de 381 alumnos lograron aprobar el examen práctico a la primera. Por la contra, 690 alumnos no fueron capaces de superar esta prueba de circulación o destreza, el 48% del total. ¿Dónde reside el problema? Las autoescuelas apuntan a la falta de clases por motivos económicos o impaciencia. "Una persona que no sabe nada y parte de cero necesitaría entre 25 y 30 clases, ¿cuántas suelen hacer? A veces se quedan en 20, 17 y otras veces hacen las 30 e igual suspenden, hay de todo. A veces esta falta de clases viene marcada por la economía y otras por la impaciencia", comenta la profesora de una de las autoescuelas de Vigo.

La edad de los aspirantes de conductores dio un giro de 360 grados desde hace varios años. "Hoy en día sí que notamos que viene gente más mayor, antes cuando un joven cumplía los 18 años ya iba a la autoescuela y se lo sacaba y ahora por motivos económicos lo va alargando hasta que por el trabajo o estudios lo necesita", concreta.

Sin duda los mayores índices de aprobados son las pruebas del tipo teórico o específico, de modo que en estas pruebas tradicionales aprobaron 224 alumnos frente a 99 que no las pasaron. Esto supone un 70% de los presentados. Si bien la tradición destaca la facilidad de sacar esta prueba, lo cierto es que 22 personas lo consiguieron a la 3ª convocatoria y otras cinco necesitaron más de cuatro exámenes. "La gente que hace test no suele tener problemas para aprobar, la que va a tentar a la suerte suele venir de vuelta. Si te preparas bien, el teórico no es difícil", matiza esta profesora de Vigo.

Desde las autoescuelas apuntan la "accesibilidad" tanto de la prueba escrita como la práctica en carretera, que sufrió importantes cambios en el último lustro. "Ahora cuenta con una parte de mecánica al inicio del examen. El de coche dura 25 minutos; los 10 primeros minutos se les deja ir libre para que se relajen y puedan demostrar que son capaces de resolver situaciones de tráfico, luego sencillas preguntas como dónde está la batería o dónde se mira el nivel del aceite y por último ya siguen las indicaciones del examinador como siempre".

Semáforos o ceda el paso

¿Y qué faltas originan la mayoría de lo suspensos? No respetar los semáforos en rojo o los ceda el paso en rotondas o incluso ir demasiado despacio son algunas de las causas que impiden que muchos vigueses luzcan la "L" en el luna trasera de su vehículo.

Natalia Lojo - Obtuvo el carné a la 5ª convocatoria

"La primera vez no fui preparada, las otras fue por una mezcla de presión y nervios"

Los nervios y la presión de un nuevo suspenso fueron los causantes de que la farmacéutica Natalia Lojo tuviera que pasar cerca de un año en la autoescuela. "En las prácticas lo hacía muy bien, me lo decía el profesor pero luego en el examen me despistaba mucho y empezaba a ponerme nerviosa. Cuando suspendí las primeras veces llegó la presión de decir ´no voy a conseguir aprobarlo en la vida´", recuerda esta joven que si bien logró aprobar el teórico a la primera, tuvo que acudir al examen de conducir hasta en cinco ocasiones. "Yo creo que el examinador me aprobó por pena", narra entre risas, Natalia Lojo.

"Cuando empecé con el carné no tenía ningún noción de conducir, pero me gustaba y además lo necesitaba para poder ir a la facultad todos los días; lo saqué un poco por necesidad", concreta esta joven.

Reconoce que la primera vez que acudió a esta prueba no estaba lo suficientemente preparada. "Solo había hecho 15 prácticas, obviamente suspendí porque no eran suficientes, pero me vi tan bien que me confié. Luego cuando de verdad sí lo hacía bien ya fui se seguido y hasta que aprobé. En mi casa ya me decían que les estaba costando más el carné que la carrera", bromea esta farmacéutica.

Lucía González - Logró la licencia a la 4ª convocatoria

"Llegué a hacer más de 60 prácticas, tuve un año de parón y perdí mucha destreza"

La acumulación de faltas leves, meterse por dirección contraria y aparcar en línea amarilla fueron las tres razones que llevaron a la joven pontevedresa Lucía González a suspender el examen práctico del carné de conducir hasta en tres ocasiones. "Por suerte no hubo una cuarta", confiesa esta graduada en Periodismo. Tras aprobar el teórico a la primera "y con solo un fallo", se encaminó a la carretera pero nunca pensó que se le volvería tan cuesta arriba. "En las practicas iba bien, pero luego llegaba al examen y me bloqueaba", lamenta esta joven.

Tras suspender en dos ocasiones, decidió tomar un impasse y tras un año de parón retomó las clases. "Llegué a hacer más de 60 práctica, seguro. Cuando volví a las clases perdí mucha destreza y cuando suspendí la tercera me dije que no podría haber una cuarta, especialmente porque sino tendría que renovar las tasas y es mucho dinero", contempla.

Finalmente, el día de su 4ª convocatoria decidió dejar atrás los nervios. "Me puse la primera para el examen, que nunca lo habría hecho y perfecto, solo una falta leve", confiesa Lucía González, a quien "meter las marchas y arrancar cuesta arriba" era, sin duda, lo que más le costaba. "Ahora ya lo tengo dominadísimo", bromea.

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