En su segundo año en marcha, la Unidad de Ictus del Hospital Álvaro Cunqueiro ha incrementado en un 13% su número de ingresados. Ha pasado de los 656 de 2016 a los 743 de 2017. En total, 1.399 personas han recibido atención en el Chuvi por esta emergencia médica, que requiere una intervención inmediata.

Precisamente, para mejorar los tiempos de respuesta gracias a una mejor coordinación del hospital con el personal del 061, esta mañana se ha celebrado en el Álvaro Cunqueiro una sesión en la que los neurólogos del Chuvi expusieron a los profesionales del servicio de emergencias las principales claves de la atención prehospitalaria al ictus, su identificación y el preaviso al especialista.

“El objetivo del encuentro es compartir conocimientos y repasar protocolos y estrategias de actuación para incrementar la coordinación con el 061”, explica el doctor Sánchez Herrero, coordinador de la unidad junto al doctor José Luís Maciñeiras.

Uno de los elementos claves para que el tratamiento dé buenos resultados es la rapidez en el diagnóstico. Por ello, en el Cunqueiro hay un neurólogo de guardia y el protocolo permite la detección en un plazo no superior a la hora.

Si se trata de un ictus isquémico -por la obstrucción de un vaso, que impide que la sangre llegue a una o varias áreas del cerebro- y se detecta en las primeras 24 horas, siempre que es posibles, se aplica tratamiento fibrinolítico para disolver el tapón. En estos dos años, han puesto 235. Lo hacen en una media de 53,6 minutos, por debajo de la hora que recomiendan las sociedades científicas.

Si no se puede administrar fibrinólisis o esta fracasa, la alternativa es la trombectomía mecánica, por la que un neurorradiólogo introduce un catéter hasta el trombo y lo extrae. Debe realizarse en las primeras seis horas. En el año y medio en el que esta técnica funciona en el Cunqueiro, se han realizado 87 procedimientos. Es referencia para el sur de Galicia.