Toralla sigue siendo un destino exclusivo. Diez años después de que el Ministerio de Medio Ambiente aprobase el proyecto de "Recuperación del DPMT y apertura al tránsito en la isla de Toralla", una barrera y un vigilante impiden el acceso de vehículos y peatones al interior. La decisión corresponde a los propietarios que residen en uno de los emplazamientos más representativos de la ciudad. Son alrededor de 170 vecinos, aunque en verano su población puede superar el millar. El veto, sin embargo, no tiene amparo legal. Los viales interiores son privados, pero la ley fija que cualquier ciudadano debe poder llegar a la ribera del mar de la isla a pie, algo que no se cumple.

"Lo siento, no puede acceder al interior. La isla es de propiedad privada y los visitantes tan solo pueden adentrarse en los dos arenales que hay a ambos lados del puente", advierten los distintos vigilantes que permanecen en una garita las 24 horas del día. Los residentes argumentan que el entorno se dañaría si cada curioso que se acerca hasta la isla se adentra en la misma. Y no son pocos los que lo intentan. Cada jornada llega un puñado de turistas que después de cruzar el viaducto se queda con las ganas.

Por otro lado, la actual Ley de Costas establece restricciones a las fincas limítrofes con el dominio público marítimo-terrestre para, entre otras cosas, garantizar el libre paso de los ciudadanos y vehículos de vigilancia y salvamento. Hoy en día la realidad es bien distinta. El relieve de la isla y la ampliación que han hecho algunos vecinos en sus terrenos, ocupando parte del suelo del borde litoral, impide el tránsito de personas. La limitación era todavía mayor hasta 1990, cuando el puente que une Toralla con O Vao fue liberalizado al paso de particulares.

Además de los vecinos también pueden cruzar la barrera los investigadores de Estación de Ciencias Marinas de Toralla (Ecimat) y los miembros de Salvamento Marítimo. Las visitas o los pedidos a domicilio deben ser notificados con anterioridad al conserje para que permita el paso. Nadie puede acceder si no está en la lista.

Para facilitar la entrada y salida de vehículos en la isla hay una cámara junto a la caseta que lee las matriculas de los automóviles registrados y se levanta de manera automática.

El gobierno local urge al Ejecutivo central a que retome el proyecto de 2008, aplazado por los recortes presupuestarios, para que todo aquel que quiera pueda pasear por la isla. Los informes municipales, tal y como adelantó FARO, califican como "prioritaria" la construcción de una senda litoral por todo el perímetro. También planea liberar los accesos a la costa previstos en el proyecto de urbanización de Toralla y que en la actualidad, según recogen los documentos de Praza do Rei, "están cerrados mediante diferentes cancillas y en la mayoría de los casos su uso público no es posible al encontrarse incorporados a propiedades privadas".

El Concello se basa en los mapas del Ministerio de Agricultura y Pesca para señalar que parte del terreno comprendido entre el dominio público marítimo-terrestre y la ribera del mar ha sido ocupado por algunos propietarios e insisten que es posible garantizar el acceso público a través de un paseo sin necesidad de recuperar todo el suelo público.

Esa es la única posibilidad de conocer mejor la isla. El proyecto de Medio Ambiente contempla un una senda de tres metros de ancho que impediría el acceso a las parcelas privadas pero que permitiría pasear con comodidad y seguridad por todo el entorno. Mientras todo eso sucede, los peatones que crucen el puente para disfrutar de Toralla deberán hacerlo desde detrás de la barrera.