El caballero británico Phileas Fogg dio la vuelta al mundo en 80 días en la segunda mitad del siglo XIX. Al menos así lo contó el escritor francés Julio Verne en el diario galo Le Temps. De aquello se cumplen ya 145 años. Para conseguirlo, Fogg empleó mayoritariamente barcos y trenes, aunque también se subió en trineos y animales. Lo que impulsó al británico fue la dificultad que suponía semejante reto en aquella época. Precisamente un desafío similar es el que van a afrontar este año el agente vigués Javier Pitillas y el benaventano Iván Bragado. Ambos tendrán cincuenta días para completar la peregrinación entre Roma y Santiago subidos en un triciclo-tándem. La elección del vehículo no es casual. Bragado sufre un schwannoma vestibular que le provocó una sordo-ceguera del lado derecho además de una notable pérdida de equilibrio. Pero nada le puede detener. "Tiene más fuerza que todos nosotros", comenta Pitillas.

El itinerario entre ambas ciudades encabeza el proyecto deportivo de DisCamino esta temporada. En total serán un mínimo de diez salidas a las que habrá que sumar decenas de entrenamientos semanales. La primera Vuelta Ciclista Adaptada a la provincia de Cádiz, la Romería de El Rocío desde Córdoba o la segunda parte de la Ruta de la Plata son los otros grandes retos en los que participarán personas con alguna discapacidad. Además, celebrarán varias rutas entre Vigo y Santiago con algunas de las asociaciones que han colaborado con ellos a lo largo de los últimos años.

Todos los viajes duran entre tres y diez días. Menos el de Roma. La peregrinación desde la capital italiana no es nueva, aunque este año será mucho más exigente. En 2014 tres miembros de DisCamino completaron el mismo recorrido que este año realizará Bragado. "Por aquel entonces decidimos que cada integrante rodase por un país -Italia, Francia y España-, pero Iván nos pidió hacer el trayecto entero", explica el agente vigués, que no tiene dudas del rendimiento que puede dar el joven. "Tiene unas piernas impresionantes y muchas veces nos deja atrás en la bici", asegura. Otros tres compañeros harán varios tramos del recorrido.

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La primera salida del año llegará en apenas un mes y tendrá un carácter simbólico. Aprovechando el Año Santo Jubilar Lebaniego, que arrancó hace diez meses, los miembros de la asociación olívica irán desde San Vicente de la Barquera hasta el Monasterio de Liébana, una ruta muy dura por el gran desnivel que sufrirán los competidores.

DisCamino no sería posible sin los voluntarios que emplean su tiempo libre en pedalear junto a personas con movilidad reducida. Su bondad, y la de Pitillas, es infinita, aunque él se quita mérito. "Merece la pena solo con ver su cara de felicidad. Siempre digo lo mismo, pero ellos nos dan más a nosotros que al revés", indica el agente.