Los terrenos de la antigua línea de ferrocarril desde Chapela hasta Urzáiz volverán a la vida ocho años después de quedar abandonadas con la entrada en vigor del Eje Atlántico. El Concello de Vigo aprobó esta semana el contrato de alquiler para la cesión del suelo por parte del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) a cambio de un canon simbólico de 3.000 euros anuales y trabaja ya en un anteproyecto que aspira a convertir estos algo más de tres kilómetros y medio del antiguo trazado ferroviario en una nueva zona de esparcimiento que se prolongará desde el viaducto de San Lorenzo, justo en la salida de la estación de Urzáiz, hasta el límite del término municipal, bien avanzada la avenida de Galicia.

El objetivo del gobierno local es cerrar la propuesta en los próximos meses para licitar la obra este verano y arrancar los trabajos antes de que finalice 2018. Su proyecto de urbanización apuesta por crear una especie de jardín urbano elevado en paralelo a la autopista de entrada a la ciudad. La denominada senda verde de Vigo se unirá con el viario urbano directamente en dos zonas, en Baixada Mestre Chané y la avenida de Buenos Aires y aunque en los bocetos iniciales no se percibe, incluirá una senda ciclista que permitirá llegar cómodamente hasta el centro de la ciudad y desembocar justo a la entrada del futuro Centro Vialia cuya construcción se firmó hace una semana.

El diseño con el que trabaja la Concejalía de Fomento se inspira en el High Line de Nueva York, un parque urbano elevado construido sobre la antigua línea de ferrocarril que ha contribuido a revalorizar el barrio de Chelsea y que desde su inauguración en 2009 se ha convertido en todo un referente para proyectos de rehabilitación en medio mundo y que acoge además numerosas iniciativas artísticas en sus zonas de descanso.

Una de sus particularidades que pretende imitar la senda viguesa es la conservación sobre el terreno de algunos tramos de vía para que los viandantes recuerden en todo momento el destino original de ese suelo. El Concello urbanizará 56.000 metros cuadrados de terreno aprovechando cruces en los que la vía se ensancha, la conexión natural con zonas ajardinadas en algunos puntos del recorrido de 3,6 kilómetros y todo ello con el objetivo de crear zonas "estanciales" con bancos reclinados para que la gente pueda leer, pequeños auditorios al aire libre y plazas que se conviertan en lugares de encuentro para los vecinos de Isaac Peral, Travesía, Sanjurjo Badía o la avenida de Galicia. Está por definir si habrá pantallas laterales o vegetación más densa para evitar el ruido del tráfico y las dimensiones exactas de la vía peatonal y la reservada para las bicicletas.

Este nuevo espacio ganado para peatones y ciclistas tendrá su continuidad al adentrarse en el municipio de Redondela, cuyo alcalde también acaba de firmar la cesión de suelo para dar continuidad a esta vía verde a lo largo de otros 1,6 kilómetros en Chapela. Javier Bas había ofrecido a Vigo la posibilidad de redactar un proyecto conjunto, pero Caballero siempre mantuvo que la urbe olívica como ahora empieza a mostrar tenía un proyecto definido y que en todo caso cuando esté cerrado se lo ofrecería al concello vecino para asegurar la uniformidad del trazado.

FARO impulsó la consecución de esta histórica demanda al denunciar en octubre de 2016 el lamentable estado de abandono de las vías que metían roedores y alimañas a las viviendas más próximas en la avenida de Galicia por la falta de mantenimiento. Desde entonces Adif se comprometió y ejecutó limpiezas periódicas en las cunetas y empezó a germinar la idea de crear una senda verde que incluso se prolongase hasta Pontevedra. El salto definitivo de esta reivindicación que comparten ciudadanos de todo el sur de la provincia se produjo durante la última Semana Europea de la Movilidad celebrada en septiembre y en la que se organizaron rutas para reivindicar el "renacer verde" de las viejas vías entre ambas ciudades.