El escándalo de la sobreventa de billetes de Cíes amenazó seriamente la imagen del turismo vigués. Los cupos de visitantes no se respetaron y un informe elaborado por la Xunta puso al descubierto las estratagemas de las compañías navieras para vender más pasajes de los autorizados, escapando a todos los controles salvo a uno: el conteo a pie de muelle, en Rodas.

La picaresca combinaba la emisión de billetes con los códigos QR falsos o ilegibles con la anulación ficticia de reservas. La introducción de códigos QR (siglas en inglés de respuesta rápida, Quick Response) en los pasajes comenzó a aplicarse la pasada Semana Santa precisamente para garantizar un mayor control en el acceso de visitantes a las islas. Lo que ocurrió en verano fue que las navieras emitieron billetes "con códigos QR falsos" o "ilegibles" para "burlar el control por parte de los agentes en la isla". Esta maniobra venía precedida de supuestas anulaciones de billetes por Internet que no eran reales.

Un ejemplo, en los tres principales meses de verano (junio, julio y agosto) se autorizaron 167.277 reservas para visitar las Cíes, pero se cancelaron 82.257, casi la mitad. "Resulta obvio que existen indicios de irregularidades en la actuación de las navieras (...) dado el elevadísimo número de anulaciones que realizan en los meses indicados", recoge el informe que la Xunta envío a la Fiscalía.

Con los cambios introducidos ahora por Medio Ambiente, exceder el cupo será más difícil, ya que la Xunta sabrá con anterioridad a la compra de los billetes quiénes visitarán el parque nacional, y no se podrán vender pasajes a quienes no hayan solicitado autorización.