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El "menudeo" de drogas, a raya

-La Policía ya desarticuló este año 22 puntos de venta en la ciudad, cuatro a la semana

Droga y efectos incautados en la última aprehensión tras desarticular un punto negro en Vigo. // P. Nacional

Doce bolsas de marihuana, 2 bellotas de hachís, unas 14 bolsas de cocaína y cerca de 2.000 euros en metálico. Este material fue incautado tras la detención de dos varones el pasado día 2 por agentes de la Policía Nacional. Su arresto permitió erradicar un punto negro en el que al menos durante meses se vendía todo tipo de drogas a pequeña o mediana escala. No ha sido el último, ni tampoco el primero. Desde el inicio del año, los agentes han desarticulado 22 puntos de venta de estupefacientes, lo que equivale a una media de cuatro incautaciones a la semana. Una cifra que dista de forma notable con lo registrado el año anterior, cuando de media se producían dos incautaciones semanales, prácticamente el doble.

La puesta en marcha de un plan especial de lucha contra el tráfico de drogas por la Comisaría viguesa amplió las zonas de actuación y los efectivos desplegados para tratar de poner fin al menudeo en las calles. "Se trabaja mucho para eliminar los pequeños puntos negros; junto con las detenciones por violencia de género y robos son las actuaciones en las que hacemos más hincapié", señalan las fuentes consultadas.

¿En qué entornos se producen estas aprehensiones? Resulta impreciso trazar un mapa con las zonas más vivas relacionadas con el tráfico de droga a media escala. Y es que el menudeo se ha vuelto itinerante. Desde Urzáiz hasta el entorno de Florida pasando por Balaídos, cuando antes los controles se centraban prioritariamente en los barrios de O Calvario y Teis, ahora estos puntos negros son erradicados en cualquier zona de la ciudad.

Agentes del grupo de noche de Seguridad Ciudadana -cuya última intervención efectuada en la madrugada de este lunes permitió la incautación de 110 gramos de hachís con la consiguiente detención de un vigués de 32 años al que se le atribuye un delito contra la salud pública- el Grupo UDEV-Drogas o Unidades de Prevención y Reacción (UPR) participan en este plan específico contra el menudeo encabezado por trapicheros cada vez más "cautos".

"Comprobamos que es habitual que operen desde sus vehículos para moverse con mayor facilidad y efectuar el intercambio con rapidez o huir si fueran descubiertos", sostienen fuentes policiales. Para ello, los amplios dispositivos cuentan con agentes de paisano o incluso coches camuflados para no levantar sospechas.

Participación ciudadana

A estas medidas disuasorias e intensificación de la vigilancia, hay que sumarle otra "unidad" básica para poner fin a esta práctica: el ciudadano. Desde la comisaría viguesa apuntan que son los vecinos quienes en múltiples ocasiones alertan a los agentes de una zona susceptible de convertirse en punto negro. "La participación ciudadana es básica. Los trapicheros operan con cautela y a nosotros se nos puede escapar, pero a los vecinos no. Nos alertan y a raíz de ello ponemos en marchas las consiguientes actuaciones", apuntan estas mismas fuentes.

Precisamente la última incautación se fraguó gracias a la llamada de varios vecinos. Como finalmente resultó de las investigaciones, en la calle Manuel de Castro era constante el trasiego de toxicómanos, con el incremento de inseguridad que ello conllevaba.

Hay que hacer hincapié que este plan persigue la erradicación del tráfico de droga a pequeña o media escala, la propia comisaría reconoce que lo incautado en cada arresto no genera un significativo beneficio para el vendedor pero aún así "son muchos los traficantes que durante años viven solo de esto", apuntan. Particularmente varones de entre 40 y 50 años o incluso más que trafican con hachís y cocaína son los casos más frecuentes con los que se encuentran los agentes.

La heroína y sobre todo la marihuana han pasado a un segundo plano. A diferencia de los compradores del estupefaciente, todos los vendedores son detenidos y se les imputa un delito por tráfico de drogas, tipificado en el Código Penal con la pena de prisión de seis meses a tres año; unas condenas que para el tráfico de cocaína se elevan al estar considerada como una sustancia que causa grave daño para la salud.

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