El Entroido de Porriño abrió ayer con un divertido y musical pregón del artista vigués Tony Lomba que combinó a la perfección la historia del Carnaval porriñés con diversas canciones, entre ellas algunas compuestas ad hoc para la ocasión.

Con numeroso público en la plaza del Concello, de los cuales una importante representación estaban disfrazados, Lomba habló de personas que defendieron esta fiesta en Porriño, antes de su prohibición y en su recuperación y entonó una versión de la canción "El Mundo" del desaparecido Jimmy Fontana, para decir que "o Entroido de Porriño é macanudo, mellor que o de Río de Janeiro...".

Conocedor de Porriño, de hecho Lomba es uno de los asiduos del festival de Cans y ha realizado actuaciones en numerosas ocasiones en la villa, envió un guiño al porriñés padre Ángel diciendo que la humanidad de las personas está por encima de los oficios "porque eu co clero non me levo ben".

Antes de finalizar el pregón se bajo del escenario para acudir a saludar a Joaquín Diz "Cuquín", conocido como Rei do Entroido porriñés, que asistió al pregón "de civil" pero al poco tiempo usó uno de sus tradicionales y curiosos disfraces.

Ya por la tarde y en un ambiente muy festivo, Porriño contó en las calles con 16 comparsas, 13 de adultos y tres infantiles, que desfilaron por las calles céntricas de la villa, al ritmo de música.

La comitiva salió a las 18:00 horas del Pabellón de los deportes pasando por Antonio Palacios, Domingo Bueno, San Sebastián, hasta la plaza Arquitecto Antonio Palacios, en donde la noche terminó con "fiesta rachada" con el grupo Versionettes.

La plaza del Concello (Arquitecto Palacios) se convirtió en el centro neurálgico del Entroido de toda la comarca, con diversión y música hasta la madrugada. Muchos de los componentes de las comparsas se quedaron en la fiesta, a la que se añadieron vecinos y visitantes.

La localidad también celebró ayer el tradicional "xogo da ola", que cumple este año 75 años ininterrumpidos de juego, aunque se supone que es más antiguo.

Este juego de carnaval es genuino de Porriño, en el participan seis o más o más jugadores en rueda, con otra persona haciendo de árbitro y otra de madrina, todos ellos disfrazados. Los jugadores se van tirando ollas de barro por el aire intentando que no rompan. Si rompe, la persona culpable paga una multa y bebe vino, hasta que rompen todas las ollas. Para este juego todavía se siguen usando olla auténticas que son sufragadas con cargo al programa de fiestas.