Dos años y cuatro meses más sorteando las dificultades de quedarse en Galicia como el único puerto gallego con la actividad monopolizada por una mano de obra cara y rígida. Para el Puerto de Vigo, el periodo transitorio hasta la liberalización total de la estiba marcado por el real decreto de reforma de este sector debilita su competitividad frente a otros puertos que, como alertó su presidente apuntando hacia Marín y Ferrol, podría aprovechar la desventaja para arrebatarle tráficos. Son temores fundados y algunos incluso están identificados, caso de MSC. La naviera italiana se resiste a firmar un contrato que Termavi, la concesionaria de la terminal de contenedores de Vigo, lleva meses tratando de cerrar. A los responsables del recinto de Guixar les está resultando imposible seducir a una armadora que ya desde el año pasado amaga con irse al puerto de la Ría de Pontevedra.

A Enrique López Veiga también le preocupa más la próxima planificación de MSC que la de Maersk. Casi dos años después de su controvertido desembarco en Marín, la actividad actual de la danesa en Guixar confirma aquel presentimiento del presidente de que la "pujanza industrial de Vigo" retendría aquí a la naviera. Basta recorrer el recinto de Termavi para comprobar la abrumadora presencia de sus contenedores, y eso que ya solo mueve carga refrigerada. Y nada indica que valore recortar operaciones este año. La programación de rutas colgada en su web revela que durante otros cuatro meses más, hasta junio, mantendrá al menos la doble escala en Marín y en Vigo. "Otra cosa es MSC", admite Veiga.

Las mismas dudas se ciernen sobre el directamente afectado: Termavi. El concesionario de los muelles de Guixar confiaba en tener firmado ya el contrato con la armadora italiana. Después de la reducción de operaciones de Maersk en Vigo a consecuencia de trasladarlas en parte a Marín, MSC casi le iguala en volumen de contenedores al mover más del 30% del total anual de Teus, situado en el entorno de los 200.000, según cálculos de los operadores. De ahí la relevancia de cerrar un acuerdo que asegurase la permanencia de esta naviera y el motivo por el que, en octubre pasado, Termavi impulsó la propuesta presentada a la estiba para lograr una rebaja sustancial de sus costes junto a una mayor flexibilidad en la ejecución de su trabajo.

Aspiraba a un contrato de 2 a 3 años, por lo que Termavi echó toda la carne en el asador para plantearle una oferta que no pudiera rechazar. Sin embargo, todos los esfuerzos dirigidos a lograr este objetivo no han hecho más que aumentar la frustración de los responsables de la terminal. Fuentes de este recinto insisten en que el acuerdo con los estibadores es "clave" para convencer a MSC. En Termavi no pierden la esperanza y ayer, en coincidencia con presidente del Puerto, confiaban en que impere la "cordura" o de lo contrario avanzan un largo periodo de incertidumbre. "Porque todo puede pasar y todo está en el aire", alertan las mismas fuentes sugiriendo una posible pérdida de los tráficos de MSC.

La posibilidad de que esta naviera siga los pasos de Maersk transcendió en agosto del año pasado. Entonces se atribuyó este supuesto interés por operar en Marín a una ofensiva del concesionario de la terminal de este puerto, Pérez Torres. Consignatarios vigueses al tanto de estos contactos aseguran que las tarifas que la marinense ofertó a MSC eran "imposibles" de equiparar por Termavi.

Los sindicatos admiten "avances" en la negociación pero culpan del bloqueo a Fomento y al Puerto

  • "El acuerdo con las empresas ya estaría firmado si no fuera por el ministro de Fomento y el presidente del Puerto". Manuel Río, presidente del Comité de Empresa de la Sociedad Anónima de Gestión de Estibadores Portuarios (Sagep) y responsable de UGT, culpa a De la Serna y López Veiga del bloqueo en el acuerdo que llevan negociando desde octubre, el que incluye cambios significativos en cuanto a costes y organización de su trabajo para poder competir con Marín. Al ministro de Fomento reprocha el retraso en la presentación del segundo decreto de la estiba. Llamado "reglamentario", esta normativa deberá definir cómo se lleva a cabo la liberalización del sector en aspectos como las prejubilaciones o el funcionamiento de los Centros Portuarios de Empleo (los entes que sustituirán a las Sageps). "Llevamos casi un año esperando a ese reglamento que se comprometió a presentar vía urgencia, y es la falta de este documento lo que imposibilita el acuerdo nacional y el local en su defecto", explica el portavoz de la Colla viguesa. Otro factor que frena el pacto, según Río, es la denuncia que el presidente del Puerto de Vigo presentó ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) contra el convenio "extraestatutario" que firmaron empresas y trabajadores en 1996. "Ante la amenaza de una multa de Competencia ninguna empresa se atreve a firmar un acuerdo", razona. De todos modos, el presidente de la Sagep no teme ninguna consecuencia para Vigo por esa nueva condición del único gallego sin la estiba liberalizada. Río descarta, tajante, que otras terminales puedan arrebatar tráficos a la viguesa. "Marín no va a poder abaratar los costes por que es imposible, y la de Ferrol hace seis meses que tuvo un barco de MacAndrews y no volvió", zanja.