En apenas un mes, el Colegio de Arquitectos de Galicia ha recurrido los pliegos de dos grandes obras previstas para Vigo, el del proyecto de reforma de las gradas de Gol y Marcador y el de un edificio de oficinas en Portanet, obras del Concello y el Consorcio de Zona Franca, respectivamente. Desde hace dos años, el COAG supervisa de forma rutinaria y como parte de sus funciones las licitaciones públicas para comprobar que se garantiza la máxima calidad del resultado final. Solo el año pasado decidió recurrir por la vía administrativa o contenciosa unos 25 expedientes tras detectar "irregularidades" que, en su inmensa mayoría, se refieren a bajos honorarios profesionales y exigencia de niveles de solvencia demasiado elevados que limitan el acceso a los contratos de muchos de los profesionales del sector.

"El de las licitaciones con honorarios que apenas cubren costes es un camino que nos aboca al riesgo y fracaso y, por el contrario, garantizar unos honorarios que superen con una cierta holgura los costes que tenemos no va sólo en pro de los profesionales sino también de nuestros clientes", subrayó el secretario del Colegio de Arquitectos, José Luis Sanmiguel Guerreiro, que matizó que son muchas las administraciones públicas que admiten sus recomendaciones previas sin necesidad de recurrir a la vía administrativa o judicial y que también se han firmado colaboraciones con muchas de ellas para asesorarlas a la hora de licitar obra pública. En cuanto a los dictámenes, los arquitectos admiten que no siempre se les da la razón. "Algunos admiten nuestro recurso en su totalidad, otros parcialmente y en algunos casos se desestima", explica Sanmiguel.

En el caso de las gradas de Gol y Marcador, la redacción del proyecto de reforma está licitado por unos 900.000 euros para una obra que se prevé que alcance los 30 millones de euros mientras que en el segundo la cuantía del contrato para elaborar el documento básico se establece en 136.000 euros para construir un inmueble para el que se han reservado 4,4 millones de euros.

"En el Colegio no podemos usar baremos pero cuando se trata de una obra compleja y con un presupuesto importante nos parece que el poner un valor tan bajo en la redacción del proyecto puede poner en riesgo la licitación y la propia obra", precisó. De hecho, subraya que si se pusiese como referencia el baremo de referencia de hace siete años, por ejemplo, "claramente duplicaría el presupuesto de licitación de ahora mismo". Por ello, subraya que esa licitación tan baja provoca que muchos de los profesionales tengan que "trabajar a pérdidas".

El otro gran problema que el COAG detecta en las licitaciones es el que hay que acreditar una solvencia muy alta a nivel técnico, lo que "reduce la posibilidad de que concurran muchos estudios y compañeros". También limita mucho el acceso a nivel de seguros, que son "evidentemente necesarios", pero que se plantean con un objeto a asegurar "excesivamente alto, lo que vuelve a penalizar a muchos compañeros".