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Vigo dibuja el mapa del plástico marino

Investigadores del Oceanográfico certifican la extensión de las microfibras sintéticas en el agua y los sedimentos del planeta tras revisar toda la literatura científica desde los años 70

Voluntarios recogen plásticos en las playas de Cíes. // Campus do Mar

La presencia de microplásticos en los océanos constituye un campo de estudio emergente, pero la rapidez con la que se han desarrollado estas investigaciones en los últimos años dificulta la comparación de los resultados obtenidos en todo el mundo. Y la cuantificación es el primer paso necesario para poder valorar su impacto en los ecosistemas y la salud humana. De ahí que la UE cuente con un proyecto para equipar a los gestores de nuevas y eficientes herramientas en el que trabajan investigadores de 8 países, entre ellos, varios expertos del Centro Oceanográfico de Vigo que han trazado el mapa mundial de esta contaminación.

La revista Marine Pollution Bulletin recoge un artículo firmado por Jesús Gago, Olga Carretero, Ana Filgueiras y Lucía Viñas en el que los cuatro autores repasan toda la literatura científica publicada desde los años 70 hasta 2017 sobre la presencia de microfibras, los microplásticos más abundantes en el medio marino frente a otras micropartículas como gránulos o fragmentos. Y la conclusión es que se encuentran distribuidas por todo el planeta.

"Los primeros trabajos se publicaron en EE UU y eran relativos al Atlántico norte, pero hemos revisado estudios de todo el mundo y es evidente que las microfibras sintéticas están extendidas por los océanos y los sedimentos del planeta. Y su presencia va a más, por lo que es necesario valorar estos riesgos y tomar las medidas necesarias", destaca Gago.

Los microplásticos son fragmentos de hasta 5 milímetros de tamaño y las microfibras, aunque son alargadas, tienen un diámetro pequeño, por lo que escapan a los filtros de las depuradoras. "Cada vez que metemos en la lavadora ropa sintética como los forros polares se desprenden hasta 2.000 microfibras que acaban en los ríos o en el mar. Multiplicándolo por todos los lavados que se hacen cada día en una ciudad la cifra es enorme", añade.

Las microfibras más habituales en el agua y los sedimentos son las de polipropileno, seguidas de las de polietileno en agua y las de poliéster en agua y sedimento.

El artículo también contempla que el azul es el color más frecuente de estos polímeros sintéticos tanto en agua como en sedimentos por encima del transparente en la columna de agua y el negro en sedimentos. No es un dato baladí, pues las microfibras de tonalidades rojas pueden resultar más atractivas para los peces mientras se están alimentando.

Los autores del trabajo señalan que la "amplia distribución y acumulación" de microfibras en el ambiente marino plantea "inquietudes" respecto a su interacción y los potenciales efectos sobre la biota marina.

Las microfibras interactúan con el plancton y los sedimentos y pueden ser ingeridas por la fauna. Constituyen, por tanto, una fuente potencial de toxicidad que influye en los organismos y que llega hasta la red alimentaria del hombre.

Así las cosas, los expertos del Oceanográfico vigués subrayan la necesidad de profundizar en las posibles implicaciones ambientales de estos polímeros para determinar sus efectos en las poblaciones naturales y desarrollar medidas que reduzcan sus posibles amenazas.

El artículo de Marine Pollution se elaboró dentro del proyecto europeo Baseman, pero el Oceanográfico, a través de Jesús Gago, también forma parte de otros estudios de ámbito nacional y de "Oceans of Plastic", una iniciativa liderada por el Campus del Mar para divulgar los efectos de los plásticos marinos entre escolares y ciudadanos y en la que participan científicos, educadores y expertos en redes sociales.

Estudios en la ría

Además, Gago está a punto de publicar los resultados de un estudio sobre la presencia de microplásticos en la ría de Vigo. Las muestras se tomaron el año pasado y los investigadores del Oceanográfico están finalizando los análisis en los laboratorios de cabo Estai.

"Los resultados no son muy negativos, pero sí que hemos detectado microplásticos desde las Cíes hasta la zona interna de la Ría. Parece que este problema solo afecta a zonas del Pacífico donde se concentran esas islas de basura, pero aquí también lo tenemos. Se ve en los residuos que se acumulan en las playas. Vivimos en la Edad del Plástico", apunta.

"La contaminación está ahí y hay que estudiar distintos aspectos como la circulación del agua en la Ría o posibles fuentes como la industria o las depuradoras para valorar sus efectos", concluye Gago.

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