El Hospital Povisa refuerza su área de endoscopia digestiva con una tercera sala, más espacio y equipos de última generación para aumentar la capacidad del centro a la hora de realizar este tipo de pruebas, de las que cada año se contabilizan más de 5.000. Será mañana cuando este nuevo equipamiento se ponga a funcionar bajo la dirección del jefe del servicio de Aparato Digestivo, Santiago Vázquez, quien pone en valor esta nueva dotación. "Incrementamos la posibilidad de aumentar la actividad en un 33%, así podremos hacer más exploraciones al día. El objetivo es ése, atender más rápido a los pacientes; es fundamental", explica el facultativo.

Además de favorecer una agilidad asistencial, esta nueva tecnología permitirá realizar extirpaciones y resección de pólipos sin tener que recurrir a una intervención quirúrgica. "Ahora contamos con una fuente electroquirúrgica que se utiliza en las intervenciones terapéuticas de extirpación de pólipos o lesiones en el tubo digestivo. Dispone de la posibilidad de abordar lesiones mas complejas o de mayor tamaño sin necesidad de realizar cirugía a los pacientes. Mediante un procedimiento poco invasivo o menos invasivo como es la endoscopia podemos extirpar estas lesiones", argumenta el doctor Vázquez. Además de esta novedosa técnica se han mejorado "la dotación de los equipos con endoscopios de última generación".

Esta nueva área, mucho más amplia que la anterior y totalmente renovada, cuanta con una unidad de recepción integral de pacientes y de recuperación de aquellos que hayan necesitado sedación para las pruebas. "Pasamos de dos salas de exploración que estábamos utilizando mañana y tarde a una tercera, por lo que reduciremos también las listas de espera", añade el jefe del servicio de Aparato Digestivo.

Povisa realiza al año unas 5.200 pruebas de este tipo, entre las diagnósticas, como gastroendoscopias, colonoscopias, ecoendoscopias, exploraciones endoscópicas de las vías biliar y pancreática, y terapéuticas como la extirpación de pólipos, la dilatación de zonas estenóticas o la colocación de endoprótesis, entre otras.

En esta nueva área se amplió además el espacio para los procesos de desinfección, de "enorme importancia y repercusión" en la optimización de los tiempos de espera y atención. Otra de las novedades es la dotación de una instalación central de CO2, que se utiliza en los tubos exploratorios para lograr más flexibilidad. El CO2, según ha quedado demostrado en distintos estudios médicos, mejora la tolerancia de los pacientes a las pruebas más largas, como las colonoscopias. "Hasta ahora estábamos trabajando con CO2 en unas botellas que están acopladas a las torres endoscópicas pero en medio de la intervención se acababa y necesitabas un técnico de mantenimiento para su retirada [...] y ahora ya podremos disponer de este gas de forma continua sin este tema técnico", apunta el facultativo.