Durante los últimos cuatro años ha visibilizado a la oposición en el Claustro y el Consello de Goberno y el pasado martes era elegido portavoz de un colectivo crítico que concurrirá a las inminentes elecciones al Rectorado vigués. Y todo apunta a que el catedrático de Fisiología encabezará la lista.
-Hace cuatro años se intentó elaborar una candidatura y no fue posible. ¿Qué ha cambiado ahora?, ¿es mayor el descontento?, ¿hay más gente dispuesta a dar el paso?
-En 2014 seguramente lo intentamos a muy última hora, pero ahora hemos empezado con más tiempo. En estos cuatro años, un grupo de personas en la oposición mantuvimos una visión crítica de lo que hacía el equipo de gobierno y este trabajo sirvió como base. Y tanto Javier Rodríguez Berrocal como yo hemos estado visitando los centros y nos hemos encontrado con que el descontento es bastante mayor ahora y que la gente está animada a presentarse a las elecciones. Contamos con un grupo entusiasta y creemos que vamos a ser capaces de conseguir una buena candidatura y que de nuevo haya ilusión colectiva por nuestro trabajo y nuestro futuro como institución y como individuos.
-Ha ironizado con el hecho de que a la Universidad de Vigo no le compensa ser tan eficiente en la gestión económica.
-Lo que veo es que nuestra universidad es la que gasta un menor porcentaje del presupuesto global en personal. Estamos contentos con el que hay, pero es insuficiente. Tener superávit es algo bueno pero si has conseguido que la institución mejore cada día y rinda más. Nosotros esperamos cambiar esto y apostamos por una universidad de las personas, deben tener más importancia y preeminencia frente a otros temas como las infraestructuras porque son el pilar fundamental.
-También es crítico con la excesiva judicialización de los conflictos internos con trabajadores.
-El informe del Tribunal de Garantías también hacía referencia a ello. Hay que utilizar mucho más la vía de la negociación y el acuerdo y que la gente no tenga que estar ganando en los tribunales lo que le niega la institución. Hay demasiado conflicto.
-¿Manejan datos de cuántos casos están en los tribunales?
-Mucha gente en la oposición pide datos y no se nos dan, pero se puede sintetizar en que prácticamente todas las convocatorias de plazas han sido recurridas en el último año. Y además en muchos de los casos quedaba poco para llegar a un acuerdo pero ha faltado un poco de cintura.
-Quieren un Claustro más participativo, ¿qué le parece que en la sesión para aprobar un documento tan importante como los estatutos no se alcanzase el 'quorum' para votar?
-Desde la LOU, que supuso un menoscabo para la autonomía universitaria, el Claustro ha perdido muchas competencias pero eso no impide que lo utilicemos como órgano de debate. Ir a sesiones solo para escuchar unos informes muy prolijos y a veces sin ir al meollo del asunto desmotiva a la gente. Queremos que se revitalice, que tenga más reuniones y aborde temas de política universitaria independientemente de que después los acuerdos se alcancen en Consello de Goberno. Los nuevos estatutos, en cuanto los aprobemos, mejorarán un poco la situación. Pero es cierto que a veces resulta descorazonador ver la poca participación.
-¿Cuáles son las principales prioridades en el ámbito de los alumnos?
-Queremos que se sientan orgullos de la institución y que sean nuestros primeros embajadores por el mundo y en las cercanías. Tenemos alguna propuesta para que sigan ligados a la Universidad y colaborando con ella. Más aún teniendo en cuenta que la formación ahora es a lo largo de toda la vida. También queremos pulir alguna normativa para facilitarles la vida y no es bueno para ellos que algunos profesores tengan que impartir un número elevado de asignaturas. El campo de la docencia es fundamental y también queremos que participen más en los órganos de representación y potenciar las actividades de solidaridad y deportivas.
-Constituyen un colectivo diverso en cuanto a áreas de conocimiento y sensibilidad política, ¿esto es un hándicap o una ventaja?
-Es un activo importante. Contamos con gente de los tres campus y con una actividad de política universitaria distinta pero con objetivos comunes que van a mejorar la institución. Por ahora hemos decidido no ponernos un nombre porque queremos que sea una opción abierta, que venga todo aquel que quiera dar una opinión sin necesidad de tener un carné. Y esperamos que se sume mucha gente a lo largo de la campaña electoral, que imagino que empezará pronto.
-Si lo eligen candidato, ¿a quién le gustaría enfrentarse en las urnas?
-(Risas) No es algo que hayamos decidido. En este momento soy el portavoz y mi opinión respecto al otro candidato no es relevante. Lo bueno para la institución es que, al menos, haya dos candidaturas y una confrontación de ideas. Y que incluso después haya cierto diálogo con la oposición y que ésta tenga actividad.
