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Todos los trabajos finales y tesis de la UVigo, bajo lupa para evitar los plagios

La herramienta estará operativa en el conjunto de centros y títulos a final de este curso

Los universitarios vigueses obtendrán su título con una garantía extra de calidad y honestidad. La institución está implantando en los centros una herramienta informática que detectará la existencia de plagios y prevé que a finales de este curso todos los trabajos fin de grado y máster así como las tesis doctorales se sometan al control de esta aplicación.

Industriales ya implantó en 2014 de forma pionera el software Turnitin que ahora se extenderá a todas las escuelas y facultades. "La idea es que cada centro arbitre su funcionamiento y que a final de curso todos los trabajos sean revisados. Con el tiempo, si quieren utilizar la aplicación para otro tipo de documentos pondríamos a su disposición más licencias. La Universidad debe acreditar la capacidad de sus titulados y este sistema es una garantía de que se cumplen los criterios éticos y de originalidad", destaca Gloria Pena, secretaria xeral de la institución viguesa.

Desde el Rectorado se han organizado jornadas formativas sobre el uso de la herramienta y la propiedad intelectual dirigidas a equipos directivos, coordinadores de títulos, directores de trabajos o miembros de las comisiones de evaluación. "En las universidades españolas donde la aplican personas con alguna responsabilidad funciona mejor que en aquellas que optaron por repartir licencias de forma genérica y después su uso bajó mucho. Además este camino nos permite una utilización más homogénea y la aplicación de los mismos criterios a la evaluación final. En todo caso, la herramienta proporciona un porcentaje de similitud de los textos pero siempre será una persona la que valore finalmente si existe un plagio de forma razonada", añade Pena sobre el funcionamiento.

La aplicación Turnitin, nacida en EE UU, intenta frenar prácticas deshonestas derivadas de las nuevas tecnologías. Genera un informe con el porcentaje de semejanza y las fuentes de las que se ha copiado y es capaz de detectar textos traducidos de originales en inglés. Además tiene un importante efecto disuasorio.

"Siempre habrá problemas de irregularidades pero el mensaje es que la Universidad siempre va a estar vigilante y que los trabajos serán verificados. Esto conlleva un aprendizaje para el alumno a la hora de elaborarlos correctamente y una garantía para la institución", apunta la secretaria xeral.

Pero la tendencia al "corta y pega" no es el único problema al que se enfrentan las universidades. La institución viguesa ya ha detectado en el entorno un mercado fraudulento de empresas y particulares que ofrecen sus servicios para realizar trabajos de investigación e incluso exámenes recurriendo al uso de auriculares.

De hecho, en estos momentos está abierto un proceso administrativo interno relacionado con una prueba de evaluación. "Cuando finalice valoraremos qué actuación llevamos a cabo", comenta.

"En EE UU o Inglaterra estos servicios ya suponen un problema importante. En España no ha llegado a esos niveles pero es creciente. Hemos detectado empresas o particulares ubicados en la zona de Vigo en foros como milanuncios.com pero que cambian con mucha rapidez. En este tema se están dando pasos conjuntos desde la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) porque es un tema en el que tendría que actuar la Fiscalía. Es algo que nos tiene muy preocupados y que también se detecta ya en la Enseñanza Media", expone Gloria Pena.

Las guías docentes y las normativas de los centros establecen en algunos casos las sanciones directas que se imponen a los alumnos en caso de plagio o de sorprenderlos copiando: "Y si no es así o incluso a mayores la Secretaría Xeral abre informe si nos llega la denuncia. Siempre que se nos pide intervenimos. Lo que pasa es que el procedimiento es lento porque es garantista, lo que por otro lado es positivo, pues se le da voz al alumno y se le permite aportar pruebas".

Una vez estudiado el caso, el encargado de la investigación propone una sanción que debe ser aprobada por el rector. "Teniendo en cuenta el número de exámenes que se realizan en la Universidad este tipo de expedientes no suponen un número importante", asegura Pena.

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