Cruzar la calle no es ninguna tontería. Un informe "interno" de la Policía Local desvelado por FARO en noviembre alertaba de un índice "muy elevado" de atropellos y heridos graves de tráfico en seis avenidas de la ciudad. En concreto, el documento citaba a Porta do Sol, Urzáiz, Grove, Tarragona, Gran Vía y Sanjurjo Badía como los puntos negros de la urbe. Es por ello que los agentes municipales de servicio buscan reducir al mínimo dichos siniestros, algo que no siempre es posible. Para concienciar todavía más a los peatones, principales perjudicados en los atropellos, la Policía Local sancionó a una veintena de personas en los dos últimos años por cruzar la calle en zonas sin señalizar.
El afán no es recaudatorio, pues la multa asciende a 45 euros -reducida a la mitad si se paga a los pocos días-. Fuentes de Praza do Rei confirman que lo que se pretenden con estos castigos es hacer ver a los ciudadanos los peligros que conlleva cambiar de acera fuera de los pasos de cebra y/o semáforos. Trece multas fueron puestas en 2016 y otras siete el último año.
De las sanciones impuestas en los últimos doce meses, dos ocurrieron en Rosalía de Castro. Hispanidad, Marqués de Valterra, Merlo, Padre Seixas y Urzáiz fueron los otros puntos donde los agentes interceptaron y multaron a los peatones imprudentes.
Este tipo de castigos tuvieron su auge en 2011, cuando el Concello puso en marcha una campaña de control de pasos de cebra que incluía sanciones a peatones que cruzaban la calle sin respetarlos con riesgo grave para su seguridad o incumplían la regulación semafórica. Duró cuatro días. Su implantación causó revuelo y quejas entre los ciudadanos.
El último informe de siniestralidad de la Policía Local enumera 176 atropellos en 2016, de los que más de la mitad (89) se produjeron cuando el peatón cruzaba en una zona sin señalizar. Las consecuencias fueron trágicas ya que tres personas fallecieron tras el arrollamiento y otras cinco resultaron heridas de gravedad. Pese a que en los últimos años se ha reducido el número de accidentes hasta situarse actualmente en mínimos históricos, la cantidad de atropellos no decrece, registrándose uno cada dos días.
Los últimos datos oficiales sobre atropellos muestran que un tercio de las víctimas tenía más de 64 años. También preocupa la siniestralidad en niños menores de 15 años, que se sitúa en el 10% del total. También es alarmante el número de atropellos en pasos de peatones, que en 2016 ascendieron a 87. Para intentar reducir a cero los percances, los agentes locales sancionan aquellas imprudencias especialmente graves que conllevan un riesgo elevado para la seguridad de los viandantes.
