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La investigación sospecha que un tripulante del barco de Canadá facilita el acceso de albaneses

Los últimos 6 detenidos en Guixar al intentar embarcar vestían chalecos y cascos parecidos a los de los marineros de Hapag - Uno llevaba 3.000 euros, supuestamente para pagar al contacto a bordo

Las zonas vulnerables | Las inmediaciones de la planta empacadora de basuras (en la imagen izq.) y la escollera frente al astillero Vulcano (drch.) han sido de nuevo las zonas supuestamente usadas por los albaneses para acceder a la terminal de contenedores. Pese al elevado número de cámaras instaladas a lo largo de este perímetro se cree que quedan todavía ángulos ciegos que propician la entrada de estos intrusos. Para solventar estos fallos, el Puerto prevé la instalación de nuevas cámaras de tecnología más avanzada. En paralelo ha dado instrucciones a la Policía Portuaria para que refuerce la vigilancia en los días de escala de los buques de Canadá.

Las últimas detenciones de ciudadanos de nacionalidad albanesa cuando intentaban subir al buque de la ruta Vigo-Canadá han aportado valiosos indicios a la investigación abierta por la Guardia Civil para determinar cómo acceden a la terminal de contenedores, uno de los ámbitos portuarios más vigilados. La principal sospecha es que estos individuos llegarían a Vigo dispuestos a emprender ese arriesgado viaje como polizón convencidos de las posibilidades de conseguirlo por las mismas mafias que actúan en Bilbao, donde el coladero de inmigrantes en los barcos hacia Inglaterra ha obligado a su Autoridad Portuaria a adoptar medidas extraordinarias como la construcción de un muro cerca de donde atraca Brittany Ferries. Esas organizaciones delictivas además de facilitarles el viaje en carretera hasta Vigo contarían con una persona a bordo que actuaría, también a cambio de dinero, ayudando a los albaneses a entrar primero a la concesión de Termavi, luego al buque y, posteriormente, ocultándolos durante los 8 días de travesía hasta Canadá.

Este modus operandi ya se barajaba cuando a finales de diciembre, como reveló FARO, se confirmó que el Puerto de Vigo era la nueva ruta de salida usada por los albaneses a consecuencia del cerco policial activado en el puerto vasco, donde hubo 2.000 intentos en 2017. Hasta esa fecha y desde el pasado julio, habían sido seis los interceptados en el recinto vigués, repartidos en tandas de dos, y todos coincidiendo con el atraque de los buques de Hapag-Lloyd, la naviera responsable de la línea directa entre Vigo Montreal (Canadá). Sin embargo, la conclusión de que disponían de alguien a bordo que les brindaba apoyo tanto para entrar al recinto como para subir al barco se produjo entre la noche del 3 de enero y la madrugada del día siguiente por los 3.000 euros en efectivo que portaba uno de los seis detenidos.

Fuentes al tanto de la investigación no albergan ninguna duda de que ese dinero era para pagar a ese tripulante que supuestamente ofrece el apoyo logístico. La Autoridad Portuaria de Vigo, aunque informada por los mandos de la Benemérita de estas últimas detenciones, desconocía que llevasen esa importante suma de dinero, pero para su presidente, Enrique López Veiga, resulta "obvio" que cuentan con algún tipo de apoyo a bordo. Una opinión compartida por los responsables de la terminal de contenedores que desde las primeras detenciones y tras revisar las grabaciones de todas las cámaras se declaraban desconcertados por una intrusión que hasta ese momento les parecía imposible tratándose de un recinto fuertemente vigilado.

La Policía Portuaria los detectó

Pero hay otros indicios además del dinero que refuerzan la sospecha sobre la intervención del hombre clave, ese tripulante facilitador. De los seis últimos albaneses, los tres arrestados dentro de la terminal -ya muy cerca de la pasarela de subida al barco- habían sido detectados previamente por los agentes de la Policía Portuaria que observaban las cámaras en la Sala de Control de la Estación Marítima. Al principio solo tenían sospechas de que podría tratarse de intrusos por sus extraños movimientos, porque del modo en que iban vestidos pasaban perfectamente por tripulantes del Barcelona Express, el buque de Hapag atracado en ese momento en Guixar. Llevaban cascos y chalecos reflectantes "muy parecidos" a los empleados por los marineros de este barco, por lo que las mismas fuentes sospechan que también podría haber sido facilitados por ese contacto a bordo.

A los otros tres detenidos todavía no les habían dado tiempo a colarse en el recinto de contenedores y a esperar escondidos entre estos depósitos el momento oportuno para intentar embarcar. Se disponían a saltar la verja desde la escollera orientada hacia Vulcano cuando saltaron las alarmas de movimiento de Termavi y un agente de Policía Portuaria les dio el alto.

Al igual que los anteriores arrestados, estos seis últimos -de edades rodando los 30 años- tampoco ofrecieron ninguna resistencia cuando los agentes frustraron su objetivo. Todos portaban pasaportes, hablaban inglés y mostraron en todo momento un comportamiento educado. Algunos confesaron que trabajaban de camareros en Albania y que su intención de viajar Canadá se debía a las penurias económicas que atravesaba su país.

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