"Se me hizo corto pero fue muy bonito". Esa frase con un sinfín de variantes fue la más escuchada cuando apenas pasaban unos minutos de las siete de la tarde y las sirenas de los Bomberos anunciaban el final de la Cabalgata de Reyes de este año, que se desarrolló con normalidad aunque a un paso más apurado de lo tradicional pero sin que se produjese ninguna incidencia salvo la de una señora que momentáneamente perdió al pequeño perro que llevaba aunque por fortuna éste enseguida fue localizado. Y es que según indicaron desde el Concello, se congregaron en el centro de la ciudad para asistir al desfile unas 100.000 personas.

"Había dos Rapunzel dentro del castillo pero no pude verles bien el pelo", destacó Clara Domínguez, de seis años, que coincidió con Pablo Sío, de siete, en que "el dragón fue lo mejor". "Iba encadenado y lo llevaban atado unos caballeros pero incluso daba un poco de miedo", indicó Pablo sobre una de las atracciones más comentadas de la Cabalgata.

A cargo del grupo Barafunda, la figura estaba elaborada con técnicas de última generación y más de 4.000 globos rojos. Además de los caballeros medievales, el dragón desfiló custodiado por una princesa guerrera.

No fue la única sorpresa de la compañía, que también sorprendió con quince unicornios "baiolongos" al inicio del desfile y tres enormes camellos cuyos largos cuellos oscilaban de un lado a otro de la calle, fascinando a todos los niños dado que su enorme tamaño los hizo visibles también para los que asistían al desfile más rezagados.

Otro tipo de globos, transparentes con luces y de helio, también atrajeron la atención de los más pequeños, tanto dentro de las comparsas como en los puestos en los que estaban a la venta en muchos puntos del trazado por el que discurrió la comitiva.