La inusual ausencia de precipitaciones del otoño pasado pudo corregirse en la recta final del año gracias a las elevadas precipitaciones registradas en toda la Península y que se concentraron de forma específica en el sur de la provincia de Pontevedra. Tal y como avanzó FARO, Vigo registró en once días el 40% de la lluvia de todo el ejercicio, pero ayer el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente fue más lejos aún destacando el elevado nivel de precipitaciones de la ciudad asegurando que aquí se registró la máxima nacional durante la última semana del año, alcanzando un total de 103,6 litros por metro cuadrado.

Los datos pluviométricos son semanales, corresponden al período comprendido entre el 25 de diciembre y el 31 de diciembre y los facilita la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Los 103,6 l/m2 de Vigo "corresponden a todo ese tiempo y constituyen la precipitación máxima registrada en toda España en esa semana", apuntan desde el departamento de García Tejerina.

Este excepcional nivel de lluvias con el que Vigo despidió el año permite mantener Eiras al máximo de su capacidad. El último boletín hidrológico de Augas de Galicia sitúa la presa al 80,77% de su capacidad mientras que la de Zamáns se queda al 49,58% al demostrar menor capacidad de recuperación tras la grave sequía de las últimas semanas. Los problemas de suministro se descartan en el área de Vigo mientras la reserva hidráulica española se eleva al 38,9% de su capacidad con 21.832 hectómetros cúbicos almacenados en la actualidad.

El dato lo proporcionó ayer el Ministerio de Agricultura, que sitúa las reservas de la cuenca Galicia Costa al 52%. Ahora mismo tiene 356 hectómetros cúbicos de agua embalsada, por encima de los 328 que contaba en enero de 2016. No obstante, la ausencia de lluvias se ha acentuado con los años como demuestra el hecho de que, pese a mejorar, se sitúa muy lejos de la media de los últimos diez años -437 hectómetros cúbicos- en enero. A la cuenca Galicia Costa pertenecen los ríos del norte de Lugo, los de A Coruña y los de la Pontevedra Atlántica, incluidos el Umia (Caldas de Reis), Baixo Umia (Ribadumia), el Lérez (Pontevedra), el Verdugo (Pontecaldelas), el Oitavén (Soutomaior), el Lagares (Vigo), el Miñor (Gondomar) y el Groba (Baiona). La otra cuenca gallega, la del Miño-Sil, tiene un nivel de agua embalsada del 47,8%, ambas por debajo de la ocupación de las cuencas del Cantábrico Oriental -91,8%-, las cuencas internas del País Vasco -90,5%-, la andaluza de Tinto, Odiel y Piedras -69,9%- y el Cantábrico Occidental -64,5%-.

Las dos gallegas, rozando la mitad de su ocupación, están en mejor situación que la del Duero, el Tajo, el Guadiana, el Guadalquivir, el Júcar y el Segura, que no pasa del 14,4% de agua embalsada, según los últimos datos oficiales, tranquilizadores a nivel estatal gracias a las "abundantes" lluvias caídas en toda la Península.

El balance nacional es positivo y también el autonómico. La Consellería de Medio Ambiente publicó ayer los datos de los embalses gallegos y vienen a certificar la recuperación de los niveles de agua embalsada. Eiras, de la que se abastece el grueso del área de Vigo, sigue al 80,77% de su capacidad, ligeramente por encima del máximo fijado para estas fechas del 77,7% para dejar un margen en caso de registrarse nuevos aguaceros.

La presa que experimenta una subida más importante es la de Zamáns, que en una semana saltó del 42,83% de ocupación al 49,58% marcado el 1 de enero por la noche, según los registros de Augas de Galicia. Hace justo un año el embalse se encontraba al 73%. Subida espectacular también en Baiona, cuya presa arranca la semana al 60%, quince puntos por encima del 26 de diciembre. En términos generales, los embalses de abastecimiento gallegos se sitúan al 42% de su capacidad, casi al mismo nivel que hace un año, dejando clara la normalidad de la situación tras la durísima sequía.