Más de un millar de piezas, cerca de 120 figuras humanas en movimiento y 30 metros cuadrados son los números de una instalación que a primera vista impresiona y en la que cada detalle está cuidado con esmero. Así es el belén murciano que Ana, trabajadora de Comercial Doca, expone desde hace seis años en las instalaciones de la empresa, situada en el número 6 de la Avenida de la Marina, a escasos metros de la Etea.

Su pasión por los nacimientos comenzó mucho antes, hace casi 25 años y desde entonces no pasa un año sin que adquiera varias figuras para continuar engrosando la ya inmensa colección que atesora. "No he contabilizado cuál ha sido la inversión ni quiero saberlo", asegura la artífice del belén, que se expone de lunes a viernes en horario comercial, de 9 a 13 horas y de 16 a 19 horas.

Precisa unas 150 horas para montar el colosal belén, que además de la escena del Nacimiento de Jesús también inclue una parte destinada a Roma y otra a Egipto, con un mercadillo incluido al que este año ha incorporado una parte nueva. También forma parte de la nueva remesa de este año la figura de un hombre fumando en una jaima y un niño en un columpio.

La fama del belén, realizado con figuras de barro y enteladas de las cuales muchas están en movimiento atrae en las fechas navideñas a muchas familias y sus niños cuya emoción al descubrir las figuras, asegura Ana, le dan motivos para continuar año tras año con una afición que no le cansa. "Cada día lo asumo con más ilusión, es muy emotivo ver las caras de los niños cuando lo ven y sus padres me dicen que el alumbrado en la ciudad es muy bonito pero que para ellos la Navidad empieza cuando vienen aquí", subraya. También le gusta acudir a ver otros belenes de la ciudad para curiosear y "descubrir detalles nuevos".

Tras "agotar" el stock de las tiendas físicas de la ciudad, Ana compra las nuevas figuras a través de internet. "Los trabajos de los mejores artesanos del belén murciano están representados aquí. Serrano, Galán, Joaquín Pérez... ", enumera la aficionada en una lista de nombres que, admite, solo es conocida por expertos o coleccionistas fieles.