La extensión de la autopista del mar a Tánger lleva ocho meses en funcionamiento y como ocurre en todo arranque de ruta, con una actividad floja. En todo este tiempo Suardiaz se ha esforzado en la promoción comercial de esta conexión marítima entre los sectores industriales punteros en el enclave alauita, como automoción, textil y hortofructícola.

Ya captó a un cliente importante, el grupo automovilístico Renault, y de hecho, los vehículos Dacia que fabrica en Tánger representan los únicos volúmenes fijos que viajan cada semana en el pequeño Ro-Ro Ivan, el buque destinado a esta ruta. En cambio, la diversificación de la carga se le resiste a la armadora. Su objetivo de captar a Inditex sigue siendo una aspiración. El grupo de Amancio Ortega sí trae en este barco contenedores de ropa aunque en un número más que discreto. Tanto que el uso que hace de esta ruta no pasa de la fase de "pruebas", como así lo definió en su día Juan Riva.