Los seis grados que imparte la Escuela de Industriales aparecen entre los títulos con menores tasas de rendimiento. En todo caso, son similares a los de otras universidades españolas como la de Oviedo y los alumnos dicen ser conscientes de las dificultades cuando eligen estos estudios.

"Sabemos lo que hay cuando nos matriculamos. Las asignaturas son muy extensas y es cuestión de echarle muchas horas. Cuando se acercan los exámenes tienes tanto volumen de trabajo que a veces no te da tiempo de abordarlo todo. E incluso sabiendo mucho de una materia si tienes mala suerte o un error tonto en el examen, que se penalizan mucho, puedes suspender", comenta un delegado estudiantil.

"No es un problema, es lo que hay. No es que los profesores sean malos, aunque tampoco todos son brillantes, ni que las asignaturas sean demasiado difíciles. Si hay alumnos que son capaces de sacar la carrera en 4 años es que es posible llevándolo todo al día. Pero el resto sabemos que vamos a tardar más años. Yo estoy en mi sexto año y me planteo acabar en siete", reconoce.

Este estudiante de Mecánica también alude a la importancia de la vocación para sobrellevar tanto esfuerzo: "Algunos alumnos acaban dejando la carrera en segundo, incluso aunque hayan llegado con buenos resultados, porque no es lo suyo".