Los fabricantes de grandes estructuras apuestan por la autopista del mar Vigo-Francia. Los buques de la conexión explotada por Suardiaz se estrenaron esta semana en el transporte de piezas que por su mastodóntico tamaño hasta ahora parecían exclusivas de los muelles de Comercio, Transversal y Areal. La quinta escala iniciada hace apenas dos meses explica la entrada de los nuevos clientes de la ruta entre Bouzas y Nantes-Saint Nazaire. Con la incorporación de otro barco más a la semana, los volúmenes de vehículos y semirremolques -su carga habitual y mayoritaria- viajan más repartidos habilitándose un espacio sobrante en la bodega que permite acoger cualquier tipo de moles como equipamientos eólicos o de construcción.

Precisamente a estos sectores pertenecían las estructuras que protagonizaron los primeros embarques "especiales" este viernes en Bouzas, un flujo que fuentes portuarias, basándose en previsiones de la armadora, vaticinan que "continuará en el tiempo". Por de pronto, la inédita operativa desarrollada en la rampa flotante donde atracó el buque Galicia fue a lo grande en cuanto a tamaño y número de piezas embarcadas: una pala de aerogenerador de 48 metros de largo fabricada por Gamesa en Lugo, y cuatro vigas de construcción, de entre 28 y 36 metros de longitud, procedentes de la planta de Vigobloco en Urqueira (Portugal).

Las dimensiones que en conjunto suman estos cinco componentes revelan la amplia superficie que queda disponible en la bodega de unos barcos donde la prioridad son los vehículos de PSA. Pero también es su tamaño lo que complica sobremanera la circulación de los tráiler que las transportan por una explanada que prácticamente durante todo el año permanece al borde de la congestión. Así el embarque de estas estructuras en el buque de Suardiaz requirió la creación en los días previos de un pasillo a lo largo de ese inmenso recinto invadido de vehículos salidos de la planta de Balaídos y de otras marcas para que los camiones pudieran acceder con holgura y directos a la rampa 7, situada en el extremo de la terminal orientado hacia la dársena de Marina Davila.

Desde la terminal aseguran que se trata de las mayores piezas embarcadas en este muelle de Bouzas. "Sin comparación", recalcan, con los proyectos voluminosos que de forma puntual cargan barcos de otras líneas que parten de este muelle, como la de México de Hoëgh Autoliners.

Para la naviera de Juan Riva, la captación de exportadores de esta tipología de mercancías confirma el acierto de haber puesto en marcha, el pasado 20 de octubre, la quinta escala. Programada para los viernes, de momento solo funciona en sentido norte (Francia), y aunque registra una ocupación aceptable todavía se sitúa lejos de los niveles alcanzados por el resto de frecuencias de los lunes, miércoles, jueves y sábado, cuando los barcos zarpan bastante más llenos.

Para una conexión que el próximo enero celebra tres años con la condición de autopista marítima -dos de ellos, con la subvención de España y Francia-, los resultados obtenidos hasta la fecha son esperanzadores. Sin contar los coches, en lo que va del presente ejercicio embarcó 14.881 unidades entre remolques, semirremolques y plataformas que portaban carga muy variada, principalmente pizarra y conservas.

Esas 15.000 unidades representa un aumento de casi un 4% con respecto a 2016. De continuar esta tendencia, la autopista marítima podría rondar ese volumen de tráfico pesado, en torno a las 20.000 anuales, que aspira a retirar anualmente de la carretera en cumplimiento de la condición impuesta por la Unión Europea para autorizar las ayudas estatales.