Por las prisas o por una fatalidad, el incendio registrado en la madrugada de ayer en uno de los tirantes que soportan los nuevos tableros de Rande supone un serio contratiempo técnico en el objetivo de Audasa de concluir este mes las obras de ampliación del puente. Pero a pesar de este incidente y tras recibir garantías de las constructoras de una rápida sustitución del tensor dañado por el fuego, la concesionaria de la AP-9 mantiene sin cambios el calendario de abrir al tráfico los dos carriles añadidos antes de finalizar el año, la condición inexcusable para que el Ministerio de Fomento le autorice la subida de casi un 4% en los peajes a partir del 1 de enero de 2018.

Ahora, más que nunca, el tiempo juega en contra de Audasa. Con el ritmo alcanzado por los trabajos en los últimos meses, propiciado por una excepcional bonanza meteorológica, nada hacía presagiar que la UTE Dragados-Puentes y Calzadas pudiera quedarse a las puertas de cumplir el deseo de su cliente. El grueso de la actuación estaba finiquitado dando paso al epílogo del proyecto que para este diciembre incluía actuaciones ya menores, retoques como el asfaltado de los tableros y la instalación de la barandilla que los contorna. Sin embargo, ese escenario favorable mudó por completo en apenas una semana. La llegada de los primeros temporales entorpeció la actividad desarrollada día y noche por el doble turno de trabajadores desplegado en el viaducto y aledaños, y ayer, sobre la una de la madrugada, saltó la chispa.

"Llamarada"

A esta causa atribuyen las constructoras el origen del incendio de uno de los 80 nuevos tirantes instalados. Fuentes de estas compañías explican que dos operarios estaban soldando la base del tensor ubicado a la altura del pilar norte (Moaña) y posicionado en el carril de dirección Vigo. A falta de una investigación más en profundidad de lo ocurrido en la madrugada de ayer, la sospecha preliminar es que una chispa pudo prender fuego sobre la lona que empleaban los trabajadores para protegerse de la lluvia extendiéndose las llamas al resto del tirante propulsadas por el revestimiento inflamable del tensor (una especie de cera).

Conductores que pasaban en ese momento por la zona definen lo que presenciaron como una "llamarada". La propia cuadrilla de operarios consiguió sofocarla aunque para asegurar una extinción definitiva optaron por alertar a los servicios de emergencias. Al aviso respondieron, además de la Guardia Civil de Tráfico y Protección Civil, los bomberos del Morrazo, que desplazaron tres vehículos al puente. Al principio estos efectivos creyeron que el tirante se había descolgado de la corona del pilar, y que en su caída y a causa de las llamas, el colocado justo a continuación, también había resultado dañado.

Después de una revisión pormenorizada nada más despuntar el día, los técnicos detectaron daños solo en uno, aunque reconocieron que este había quedado inoperativo. Como ilustran las imágenes que acompañan esta información, las llamas acabaron doblándolo. En todo caso, las fuentes consultadas restaron importancia al incidente, primero por la nula afección al tráfico de vehículos ya que se produjo sobre un tramo cerrado, y después, por la función irrelevante de este tensor en particular. Por su ubicación, justo pegado al pilar, goza de una sujeción más resistente que las de los montados en los tramos de tablero del vano. "No aguanta nada. Incluso se podría abrir al tráfico los nuevos carriles sin este tensor", ejemplifican sobre una posibilidad que ni se plantean.

De hecho las constructoras apuraban ayer los preparativos para sustituir el tirante a la mayor brevedad posible. Para llevar a cabo esta operación necesitarán del apoyo de una grúa, pero de inferior tamaño a las gigantescas amarillas que acaban de retirar de ambos pilares, y según las citadas fuentes, no tiene por qué trastocar la realización de las pruebas de carga de los nuevos tableros. Previstas inicialmente entre este sábado y el domingo, ahora las constructoras se plantean aplazarlas al menos hasta el próximo martes.