Los usuarios de las lonjas de Vigo aprecian más sombras que luces en la reforma integral de estas instalaciones en la que el Puerto invertirá 3,5 millones. Agotado el plazo de 15 días ofrecido por la Autoridad para plantear sugerencias a su proyecto "Lonja 4.0", la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) ha presentado una serie de "observaciones" donde el reconocimiento a la necesidad de aplicar mejoras queda relegado a un segundo plano frente a las advertencias que lanza sobre el impacto de algunas de las medidas propuestas, como la instalación de túneles de descarga y máquinas de clasificación. Desde ARVI alertan de que un "exceso de automatización" pondría en riesgo el liderazgo de Vigo como primer puerto de pesca fresca de Europa, por lo que desaconsejan su implantación y piden al presidente, Enrique López Veiga, que la posponga.
"Sobre lo que nosotros alertamos es que se estudien bien variables como el volumen y la cantidad de capturas que se mueven en las lonjas y el espacio disponible, porque aunque parezca una incongruencia, la incorporación de máquinas podría hacernos perder competitividad", razona el gerente de la cooperativa de armadores, José Antonio Suárez-Llanos.
La denominada en el proyecto portuario como "Descarga Inteligente" se apoya en la instalación de túneles que canalizarían directamente las capturas desde el barco a tierra. Sobre esta cuestión, los usuarios que participaron en las mesa de trabajo del Blue Growth -de donde surge la "Lonja 4.0"- ya habían expresado sus reticencias. Consideraban que lejos de agilizar el proceso "podría conllevar un retraso inasumible" en las tareas de descarga "a no ser que se llenase media lonja con túneles", adujeron entonces, y así lo vuelven a reiterar en las "observaciones" trasladadas al Puerto.
Pero incluso con un despliegue exagerado de estas máquinas, los usuarios sostienen que estos túneles sí son útiles para empresas de transformación de productos pesqueros, "pero no para una lonja como la de Vigo", indica Suárez-Llanos. Recuerda que en O Berbés se mueven en cada jornada "muchos miles de kilos de pescado y de diferentes especies" cuya clasificación, condicionada además de por los tamaños al grado de frescura, "requiere de una intervención manual".
Igual recelo que los túneles provoca en los usuarios las máquinas clasificatorias. Como buena parte de los barcos llegan al muelle con su pesca ya clasificada y pesada a bordo, sostienen que someter a especies "de carne tan delicada" como el gallo o la merluza a un segundo proceso de organización, con la consiguiente retirada de su envase, "supondría una pérdida de calidad y una rebaja de su valor". "Esto es un planeamiento inasumible para los armadores que venden habitualmente su pescado en Vigo", afirma Suárez-Llanos, al tiempo que apunta como principal consecuencia la "fuga" de esos armadores a otros puertos.
Pruebas anteriores, fallidas
Con estos razonamientos técnicos, los armadores consultados por la cooperativa dudan que la automatización propuesta suponga una mejora sustancial en los tiempos de descarga, manipulación y venta de pescado. "Hace años se hicieron pruebas y no salieron bien", apunta el gerente. No formulan ninguna alternativa, solo pretenden que las funciones que el Puerto plantean mecanizar se sigan desempeñando manualmente.
Otras actuaciones recogidas en "Lonja 4.0" sí obtienen el plácet de los usuarios. Como la mejora en los sistemas de refrigeración, la eficiencia energética, la habilitación de espacios para la actividad minorista o la construcción de nuevos muelle de descarga y apertura de puertas. Eso sí, demandan "ir despacio" a la hora de ponerlas en marcha.
