El agua de Vigo es potable. Lo dice el Concello, enarbolando los datos recogidos por Aqualia, y lo confirma la Xunta, que incide en cualquier caso en su "baja calidad". Un día después de que Sanidade anunciase que los niveles de hierro detectados en algunos puntos de la red de abastecimiento superaban los niveles permitidos, el alcalde, Abel Caballero, recalcó ayer que el suministro es apto para el consumo. "El agua de Vigo es potable al 100% y no ha dejado de serlo en ningún momento. Los que siembran dudas, tendrán que decir por qué lo hacen", insistió el regidor tras apuntar que "los análisis que realiza alguna otra institución no son adecuados". Y sin querer entrar en más valoraciones por el momento, concluyó: "Lo que está pasando no es una casualidad".

El primer edil garantiza que las analíticas de Aqualia corroboran que el agua de Vigo se puede beber y recordó que la concesionaria renueva sus controles cada cuatro horas. "Se cumplen todos los parámetros del ordenamiento. Desde que soy alcalde, el suministro fue siempre potable y en este momento lo sigue siendo", remarcó.

La potabilidad del agua de la ciudad también la constató ayer Sanidade. Por segunda vez en solo cinco días, la consellería informó de que los valores detectados en el suministro de Vigo se mueven en la horquilla de lo permitido tan solo 24 horas después de asegurar que, en algunos puntos, sí excedían esas "líneas rojas" a partir de las que se desaconseja el consumo.

El viernes Sanidade hizo público que los niveles de hierro superaban en Canido los 600 microgramos por litro (mg/l), el tope autorizado. Antes de desaconsejar el consumo necesitaba sin embargo contrastarlo con otra prueba de Aqualia. Las conclusiones de ese segundo análisis las trasladó Sanidade el sábado y arrojaban un nivel de 559 mg/l, por debajo por lo tanto de la "línea roja". El lunes la consellería volvía a comunicar sin embargo que dos muestras tomadas por sus técnicos en Valladares y Sanjurjo Badía mostraban valores de hierro por encima de 600 mg/l. Para salir de dudas, la Xunta decidió que sus expertos y los de Aqualia hiciesen dos pruebas de forma simultánea y en el mismo lugar. Los datos los divulgó ayer: al igual que había ocurrido el sábado, el segundo control -en este caso tanto el de Sanidade como el de la concesionaria- situaba el hierro por debajo de 600 mg/l. Durante estos cinco días Sanidade no llegó a declarar nunca que el agua no fuese potable al mostrar sus segundos exámenes niveles más bajos.

"El agua es de muy mala calidad, pero sigue siendo potable", concluía la delegada territorial de Sanidade, Ángeles Feijoo-Montenegro. Según trasladó ayer, el suministro es apto para el consumo, aunque sus niveles "están muy cerca del límite", por lo que se mantendrá la "vigilancia" hasta que se normalicen. Las mediciones realizadas el lunes por la consellería sitúan el volumen de hierro a la salida de la planta de O Casal en 547 mg/l, en Canido alcanza 537, en Valladares 435 y en Sanjurjo Badía 518.

Sanidade también reconoció que los valores están dentro de lo permitido en Moaña, Soutomaior, Cangas, Redondela y el Consorcio do Louro, otros lugares en los que a lo largo de los últimos días había detectado valores excesivos. Los datos recabados el lunes muestran de hecho que el nivel de hierro de Redondela es superior al de Vigo, con niveles que oscilan -en función del punto- entre 544 y 57 mg/l.

Los datos tomados por las gestoras locales de cada uno de esos puntos y Sanidade sí coincidieron en este caso, con pequeñas diferencias. A la hora de explicar la caída en los niveles de hierro se apuntó a las fuertes lluvias registradas el domingo. Con respecto a la fiabilidad de sus controles -cuestionada por Caballero-, la Xunta recalcó su "rigurosidad", acreditada por la ENAC, y que el laboratorio de Aqualia cuenta con un aval inferior. A pesar de eso -aseguró- no cuestiona la "validez" de sus muestras.

El PP fue muy crítico ayer conel alcalde por su gestión del abastecimiento y, especialmente, de la potabilizadora. El concejal popular Miguel Fidalgo acusó a Caballero de "haber estado cometiendo un atentado contra la salud pública de los vigueses" durante los últimos años y de "mantener una actitud criminal por la que debe rendir cuentas". El PP denuncia que el Gobierno local tiene desde 2010 un informe de Aqualia que demuestra que la planta de O Casal necesita una inversión de 21 millones.

Caballero sostiene sin embargo que la potabilizadora presta servicio también a Cangas, Moaña y Redondela, por lo que considera que es una infraestructura municipal en la que debe invertir la Xunta. El regidor insistió ayer en la importancia de encontrar una "solución definitiva" ante situaciones de sequía y la importancia del trasvase del Verdugo a la altura de Ponte Caldelas. El alcalde de este municipio sin embargo criticaba en las últimas horas que el proyecto es una "gamberrada ambiental". Tras una reunión con la Xunta para conocer los detalles, aseguró sentirse "escandalizado" y reiteró que acudirá a los juzgados con el fin de paralizarlo.