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A la venta el hotel Samil por 1,5 millones para levantar otro nuevo

El operador seleccionado deberá derribar el actual edificio y levantar uno nuevo que preserve el uso hostelero

El edificio actual del hotel Samil, que deberá derribarse para levantar un nuevo inmueble de menor altura. // Ricardo Grobas

El Concello ya tiene sobre la mesa la tasación realizada por la empresa Tinsa para sacar a la venta el hotel Samil: 1.500.014 euros. Esa será la cantidad mínima que pida a quienes estén interesados en adquirirlo cuando convoque la licitación. Casi dos años después de que expirase la concesión de cinco décadas del inmueble y de que el hotel cerrase sus puertas, el Ayuntamiento ha decidido dar un giro al modelo de gestión del edificio y al propio recinto. Su decisión pasa por vender el alojamiento, pero con dos condiciones: la primera, que su nuevo propietario derribe la estructura actual, que según sostienen los técnicos municipales resulta "inservible" e "incumple todos los parámetros estéticos, de integración y adecuación urbanística"; segunda, levantar un nuevo edificio que siga funcionando como hotel. El objetivo de Praza do Rei es que el establecimiento sea un negocio "de calidad, un referente de diseño y de integración en el entorno".

El calendario que maneja el Concello contempla aprobar los pliegos de licitación a principios de año y adjudicar cuatro meses después, en abril. Las obras de demolición se estima que durarán entre dos y tres meses, un tiempo al que se añadirá otro año y medio para levantar el nuevo edificio. De cumplirse ese cronograma diseñado por los técnicos municipales, el futuro alojamiento de Avenida de Samil estaría listo a principios de 2020.

A la hora de recibir las ofertas de compra, el Concello valorará diferentes aspectos. Además de la propuesta económica, que deberá superar los 1,5 millones de partida establecidos por la tasación, se estudiarán las características del anteproyecto constructivo. "Se valorará la imagen exterior del edificio y su integración en el entorno, la imagen y calidad interior del mismo, las soluciones de accesibilidad que superen los mínimos exigidos por la normativa, las medidas medioambientales y de eficiencia energética del edificio y el volumen de inversión propuesto", anota el Ayuntamiento.

Se prestará atención también a la "calidad" de las instalaciones, el equipamiento y los servicios propuestos, tanto los que se destinen al uso propiamente hoteleros como los complementarios. El Concello apunta además que tendrá en cuenta "las actuaciones previstas para dar a conocer el hotel y la ciudad a nivel nacional e internacional entre clientes y empresas vinculadas al sector hotelero".

Para garantizar la viabilidad del futuro alojamiento, el Consistorio incidirá en los "criterios de solvencia" del adjudicatario. "Se deberá acreditar tanto una solvencia económica con un nivel de facturación en los últimos años de las empresas que concurran a la licitación, como una solvencia técnica en la que se acredite haber gestionado diferentes establecimientos hoteleros", avanza Praza do Rei.

Además de ofrecer unas instalaciones "de calidad", con un diseño atractivo y que se integre en su entorno, el nuevo inmueble cambiará la imagen de la zona de forma considerable. El Concello ha decidido que el edificio que levante el nuevo operador tenga menos altura. No podrá tener más de cuatro plantas, tres menos que las que luce la construcción actual.

El Ayuntamiento plantea no imponer un número fijo de plazas, aunque sí exigirá que alcance al menos el medio centenar. El antiguo hotel sumaba 135 habitaciones. Otra directriz municipal es que las instalaciones anexas al espacio que se destine a alojamiento no podrán superar el 10% de la superficie.

El actual hotel alcanzó su esplendor hace varias décadas. En los años 70 se convirtió en uno de los referentes turísticos de la ciudad por su ubicación privilegiada, frente a la playa de la que toma el nombre. Después de una trayectoria con altibajos, cerraba sus puertas en marzo de 2016, al agotarse su concesión de 50 años. Desde entonces el inmueble ha sufrido el vandalismo, una circunstancia que denunció en varias ocasiones la oposición y que obligó al Concello a contratar seguridad privada.

Con su nuevo proyecto y la venta del recinto, el Ayuntamiento pretende atraer el interés de operadores del sector y retomar el proyecto hotelero, mejorando además la integración del inmueble en su entorno.

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