El agua de Vigo es apta para el consumo. También la de Moaña, Redondela y Soutomaior, los otros municipios a los que Sanidade exigió el jueves nuevos análisis tras detectar valores de hierro, color o turbidez por encima de lo permitido. La Xunta ratificó ayer que los resultados enviados desde los cuatro concellos están dentro de los parámetros que la normativa considera compatibles con el consumo.

En el caso de Vigo, los técnicos autonómicos habían tomado una muestra en Canido que arrojaba un nivel de hierro de 600 microgramos/litro (mg/l), la "línea roja" a partir de la que se desaconseja beber el agua. La última medición realizada por Aqualia a petición de la Xunta revela sin embargo que el valor ha caído a 559 mg/l. Algo similar ocurrió en Soutomaior, Redondela y Moaña, que ayer remitieron a la consellería resultados que se alejan de los máximos. En el caso de Moaña, por ejemplo, Sanidade había detectado una muestra con un nivel de color de 30, el límite. La medición de los técnicos de O Morrazo reduce el valor a 26.

Apenas 48 horas después de que Núñez Feijóo hubiese acusado al alcalde de "jugar con la salud de la gente" y pasadas solo 24 horas de la rueda de prensa del viernes, cuando Sanidade alertó de que sus mediciones de hierro en Canido superaban el límite, la Xunta volvió a citar ayer a los medios para explicar que "los valores han disminuido". "Por lo tanto" -señaló la delegada territorial de Sanidade, Ángeles Feijoo-Montenegro- "no estamos en el límite que se considera para decir que el agua no es apta". La consellería recuerda en cualquier caso que el nivel deseable de hierro se sitúa por debajo de 200 mg/l, una marca que se supera en Vigo. Los últimos controles realizados a la salida de la planta potabilizadora de O Casal se sitúan en 514 mg/l. Una circunstancia similar se da en Moaña, Redondela y Soutomaior, donde los diferentes análisis se mueven por encima de 200. San Caetano se ha dirigido además a Cangas y el Consorcio del Louro por precaución, al apreciar valores elevados en sus exámenes.

Debido a esos resultados Sanidade recalcó ayer que el suministro de Vigo es de "muy baja calidad", aunque "apto para el consumo". "Solo dejaría de serlo en el caso de que se superasen los 600 mg/l", incidió Feijóo-Montenegro. Desde la consellería se insiste en que no se registra una "alerta sanitaria".

"Estamos hablando de parámetros indicadores; puntualmente no tienen que suponer un riesgo inminente para la salud. Lo que no pueden es mantenerse en el tiempo", abunda Natalia Botana, del Servicio de Control de Riesgos Ambientales, quien apunta que "lo que sí conviene saber es cuándo se rebasan esos niveles, cuánto tiempo dura el incumplimiento y en qué momentos se corrigen". Los técnicos autonómicos también explican que a pesar de que 600 mg/l es el máximo que contempla la normativa, ese "tope" se decidió dejando un "margen de seguridad y tolerancia".

Aunque Aqualia remite información de forma diaria a la Xunta, Sanidade mantendrá sus propios controles del suministro. "Seguiremos con la vigilancia. Será continua hasta que esto se normalice y vaya disminuyendo el nivel de hierro", apuntan desde la consellería que dirige Jesús Vázquez Almuíña. Ayer mismo tomaban nuevas muestras -incluido Canido- para analizar sus resultados. En el caso de que volviesen a detectar más de 600 mg/l de hierro contactarían de nuevo con Aqualia para contrastarlo con sus propios exámenes.

Aunque desde la Xunta se reconoce que la situación actual del suministro de Vigo se explica en gran parte por la sequía, insisten en que también es clave el estado de la planta potabilizadora. "Por problemas estructurales, que arrastra desde hace mucho tiempo, no está respondiendo con la plasticidad y flexibilidad que se exige la situación", critica.

El delegado de la Xunta, Ignacio López-Chaves, recalcaba ayer que el suministro y la instalación de O Casal son responsabilidades del Concello y denunciaba que el alcalde hubiese dedicado las "decenas de millones de euros" que obtuvo de la prórroga de Aqualia a otros usos. "Sabe desde hace años que la planta tiene deficiencias estructurales y ha tenido financiación para adaptarla", concluye.