En cuestión de solo unos meses el celtismo estrenará casa en el centro mismo de Vigo. El club ultima los trabajos en su futura sede de la calle Príncipe con el objetivo de abrir sus puertas durante la primera quincena de marzo. Lo hará -según los planes de la directiva celeste- con toda su oferta en marcha y una propuesta que aspira a convertir el edificio en un referente de la ciudad. "Venir aquí significa hacerlo al corazón de Vigo; queremos que todo el mundo pueda disfrutar de nuestras instalaciones, llegar a todo el mundo", apuntan desde la dirección del Celta. Su objetivo es "invadir y dejarse invadir" por su entorno, convertirse en una genuina "plaza pública". Y para lograrlo ha recurrido al prestigioso arquitecto Alfonso Penela, quien ha ideado la reforma del emblemático edificio de la calle Príncipe que hasta el verano de 2015 ocupó el Círculo Mercantil de Vigo.

Decenas de operarios se afanan en dar forma al inmueble, que ya luce la cúpula de vidrio que lo corona y tiene bastante avanzada la reforma de su interior. En poco más de dos meses, a mediados de febrero, el club quiere empezar a instalar el equipamiento y un mes después abrir sus puertas. Un paseo por sus siete plantas -incluida la baja, de dos alturas, donde se concentrarán la zona comercial y un "gastrobar"- permite constatar el avance de las obras, que arrancaron en 2015. Entonces las inició Civis Global, aunque ambas partes terminaron rompiendo el contrato por un desacuerdo económico y cambios en el proyecto. En agosto el club alcanzaba un acuerdo con otra firma, San José, para retomar la actividad. El presupuesto del proyecto es de 3,6 millones de euros.

El recorrido por la futura casa del celtismo arranca en su planta baja, situada a pie de calle y con accesos repartidos por Príncipe y Velázquez Moreno. Uno de ellos está pensado para los clientes que quieran subir al restaurante situado en la planta más alta del edificio. La planta baja se divide a su vez en dos alturas: la primera se destinará a superficie comercial y contará con la presencia de las marcas Adidas, Do Rego & Novoa y varias firmas más con las que todavía negocia el Celta. En la segunda altura los visitantes se encontrarán con un "gastrobar" de temática deportiva y de suelo acristalado. Lo llevarán los responsables de La Pepita. Su superficie de sala -sin contar la cocina o el almacén- ronda los 90 m2. La del espacio comercial, los 150 m2. Un video wall con grandes pantallas permitirá proyectar vídeos, partidos, campeonatos... que serán visibles desde Príncipe.

De la planta baja se sube al antiguo salón regio del Círculo Mercantil, un amplio espacio que el Celta ha querido preservar. Para lograrlo ya ha encargado, por ejemplo, la restauración de las vistosas lámparas colgantes de vidrio que adornaban el techo. Los obreros se afanan ahora en reformar la sala, en la que se proyecta un espacio multiusos con capacidad para cerca de 300 personas. Varios telones acústicos permitirán dividir el salón en cuatro segmentos, de tal forma que -cuando sea necesario- puedan utilizarse de forma independiente. El Celta plantea destinar la sala a exposiciones, conciertos, conferencias... También valora alquilarla, siempre y cuando se destinen a usos que coincidan con la filosofía del inmueble. En esa planta se ubicaría Celta Media.

Encima del salón regio se sitúa la residencia, donde podrán alojarse por ejemplo deportistas de las clases inferiores del club. Además de una veintena de dormitorios con capacidad para cerca de 40 personas, dispondrá de cocina, lavandería y un área destinada al ocio y juego. Los cuartos se distribuirán en dos alturas distintas. Para garantizar la seguridad del inmueble, el club aplicará un sistema de control. Salvo los clientes que quieran subir al restaurante, quienes dispondrán de un acceso específico, los que quieran subir al resto de las plantas tendrán que pasar un control de seguridad.

La siguiente planta lleva a una de las grandes apuestas de la sede social: un policlínico especializado en deporte con el que el club quiere convertirse en un referente en el noroeste de la península. Para lograrlo contará con la dirección del prestigioso doctor Juan José García Cota, jefe de los servicios médicos del Celta y de la Selección Española de Fútbol, un equipo de profesionales y equipamiento especializado. La clínica, que llevará Vithas Fátima, ocupará unos 300 m2 de superficie útil. La atención que prestarán sus expertos no es exclusiva para los deportistas de élite. El club insiste en que sus puertas estarán abiertas a un amplio perfil de usuarios. El policlínico incorpora además un gimnasio que se aprovechará para labores de rehabilitación. El Celta no descarta usarlo como tal, pero siempre enfocado a la recuperación y bajo el seguimiento de un fisioterapeuta.

A la altura del techo de la clínica arranca uno de los elementos más emblemáticos y vistosos del edificio: su cúpula, una impresionante estructura que ensambla 154 fragmentos triangulares de cristal. El vidrio baña de luz las plantas superiores. Las dos inmediatas acogerán los servicios administrativos del club, donde trabajarán entre 30 y 40 empleados. El espacio -muy luminoso- dispondrá además de despachos y salas polivalentes. La primera planta ronda los 250 m2; la segunda, algo menor por la inclinación de la cúpula, los 200 m2.

Para coronar el edificio, el Celta guarda uno de los platos fuertes de su oferta: un amplio restaurante que llevará el prestigioso chef Alberto González Prelcic, de Silabario. El cocinero logró una estrella Michelin con su restaurante. El objetivo del Celta es que el nuevo establecimiento de la calle Príncipe alcance esa importante distinción.

No es la única meta que se marca el club. Otra de sus ideas es lanzar una oferta asequible. "No queremos que sea algo elitista; buscamos que la degustación de la alta cocina sea para todos", anotan. El negocio tendrá una superficie de cerca de 130 m2 y podrá acoger unos 45 comensales. Además de la cocina de González Prelcic, el gran reclamo serán las impresionantes vistas a la ría y el skyline de Vigo. Una cocina abierta permitirá ver cómo se elaboran los platos y habrá dos reservados, cada uno para una decena de personas.

El edificio lo corona una pequeña terraza desde la que se puede disfrutar de unas vistas únicas de la ciudad e incluso del otro lado de la ría, de O Morrazo. El Celta planea destinar ese espacio para las recepciones oficiales. Durante la temporada pasada, por ejemplo, al recibir a equipos de Europa League, el club buscó diferentes lugares para dar la bienvenida a sus directivas: el Pazo Quiñones de León para el conjunto ucraniano Shakhtar Donestsk y Samil para el Krasnodar. Ahora el Celta dispondrá de un balcón privilegiado para "enseñar la ciudad a quienes nos visiten".

El Celta insiste en su apuesta por modelos de negocio que estén en sintonía con la filosofía del proyecto y la gestión propia, por ejemplo, de la superficie comercial.

A la hora de diseñar el espacio, se han cuidado mucho los accesos. El inmueble dispondrá de una entrada general a la sede, la residencia y la policlínica; otra para el restaurante, desde Príncipe; y tres para la tienda. Al "gastrobar" se podrá acceder también desde el acceso lateral de Velázquez Moreno. A pie de calle habrá además varios escaparates. Ya dentro del edificio el visitante se encontrará con una escalera para uso general y otra de servicio. Estarán apoyadas por tres ascensores, uno de ellos pensado para comunicar el restaurante.

El antiguo edificio del Círculo Mercantil encara una segunda vida 90 años después de que lo inaugurasen los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, a finales de septiembre de 1927. Al reformarlo el Celta se ha topado con sorpresas, como un mosaico en una de las paredes con piezas blancas y de una tonalidad azul clara. "Parece que supieran que un día vendríamos aquí", comentan desde la entidad.