En un aviso extraordinario, la Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA) advierte hoy de la necesidad de actuar “con urgencia” contra la procesionaria del pino y, especialmente, en los parques públicos, “con el fin de evitar problemas de salud para la población”. La alerta del centro dependiente de la Diputación de Pontevedra se da después de que la plaga llegara a las áreas infantiles de O Castro.

Los técnicos de la EFA detallan que las medidas que se deben adoptar son eliminar y destruir los bolsones de las orugas -nidos que crean en las copas de los árboles, con apariencia de algodón de azúcar-; promover la presencia de aves insectívoras; colocar barreras cónicas en los troncos para evitar que lleguen al suelo cuando descienden de los pinos; o aplicar insecticidas para que, si logran bajar, impedir que se entierren y se conviertan en crisálidas, empezando el ciclo de nuevo.

“En los parques urbanos públicos o privados y las escuelas es conveniente eliminar cuantos antes y destruir los bolsones”, enfatizan. Avisan de que, para hacerlo, es necesario utilizar las protecciones necesarias para evitar el contacto con los pelos. También animan a promover la presencia de aves insectívoras mediante la colocación de lugares de anidamiento.

Destacan que este año se han dado unas “especiales condiciones climáticas” de sequía y temperaturas elevadas, que favoreció el adelanto en algunas plagas, como es el caso de la procesionaria del pino. Habitualmente, se enterraban a finales de invierno o principios de primavera, cuando empezaba a subir el termómetro y a secarse la tierra. En la pasada campaña, ya se adelantó hasta principios de enero, no ha pasado ni un año y ya está en la fase más dañina de nuevo.

Estas orugas, que reciben su nombre por su peculiar forma de desplazarse, en fila, poseen pelos urticantes que liberan cuando se sienten amenazadas. Según explica la bióloga Rosa Pérez pueden provocar reacciones alérgicas e inflamatorias como urticarias, dermatitis, conjuntivitis, síntomas respiratorios e, incluso, reacciones anafilácticas en las personas más sensibles. “Algunos de estos síntomas aparecen de forma inmediata y otros, suelen aparecer horas después, pero persisten varios días”, describe. Hay que tener especial cuidado con los niños y las mascotas. Estas últimas pueden provocarse lesiones severas al olisquearlas -y aspirar pelos urticantes- o al llevarlas a la boca, con inflamación y necrosis de los tejidos -muerte de las células-.

El personal de la EFA advierte de que “no es imprescindible” el contacto directo con las orugas para que se puedan producir estos efectos, por lo que subraya la necesidad de tener cuidado a la pasear por parques con esta plaga.