Sequías, mayor riesgo de incendio, tormentas... El cambio climático tendrá un gran impacto en los bosques europeos y la cooperación entre investigadores de los diferentes países es clave para establecer estrategias conjuntas y más efectivas. Con este objetivo nacía en 2016 la red SumForest, que cuenta con varios grupos de trabajo. La Universidad de Vigo forma parte del proyecto Reforce y su misión es determinar los efectos de las diferentes estrategias propuestas por los científicos en la explotación de los bienes y servicios de los ecosistemas, por ejemplo, la madera o la captura de CO2, y también en la toma de decisiones.

La participación viguesa, liderada por el profesor de la Escuela de Empresariales José María Da Rocha, arrancará en unos meses y se prolongará hasta 2020 gracias a la reciente concesión de una ayuda de 100.000 euros dentro de una convocatoria para la colaboración internacional del Plan Nacional de I+D. El equipo lo completan Javier García Cutrín, de la Facultad de Económicas de Vigo, María Luisa Chas, de la Universidad de Santiago, y María José Gutiérrez, del País Vasco.

La iniciativa Reforce está liderada por el Instituto de Ciencias y Tecnologías para el Medio Ambiente y la Agricultura (IRSTEA) de Francia y también participan grupos de investigación de Alemania, Bélgica, Eslovenia, Austria, Suecia y Canadá.

Su propósito es enriquecer el conocimiento científico actual sobre la resiliencia de los bosques al cambio climático a partir de datos reales y modelos de dinámica forestal. Y las estrategias de gestión que propongan deberán tener en cuenta el entorno económico y variables como la percepción del riesgo por parte de agentes implicados y gestores o el valor de la información.

Los bosques generan una gran cantidad de bienes y servicios ecosistémicos, comercializados y no comercializados, que se verán afectados por las amenazas ambientales del cambio global y también por las posibles medidas a adoptar para reducirlos.

"La incertidumbre ante el cambio climático es muy grande. El proyecto determinará si se pueden crear mecanismos para reducir los riesgos o mejorar la capacidad de regeneración del sistema tras un episodio de incendios como los que sufrimos recientemente en Vigo. Y nosotros tenemos que evaluar en qué medida afectan las diferentes estrategias propuestas por los socios del proyecto, desde la combinación de diferentes especies de árboles a su configuración espacial, a un sistema de mercado y a las decisiones de la gente sobre cuánto invertirían, cuánto están dispuestos a conservar, etcétera", explica José María Da Rocha,.

El fin último del proyecto, que también aboga por mejorar la comunicación entre científicos y gestores, es garantizar un equilibrio entre las demandas sociales de los bienes y servicios que generan los bosques y su resiliencia frente al cambio climático. Y su hipótesis de partida es que la gestión de los riesgo de forma coordinada y conjugando diferentes medidas reduce el impacto de las alteraciones.