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El juez ve indicios de facturación falsa en el presunto fraude de subvenciones de Gradiant

Solicita los datos de horas y trabajadores empleados en los 25 nuevos proyectos que serán investigados

Imagen de archivo de las oficinas de Gradiant. // Marta G. Brea

El juez del "caso Gradiant" seguirá adelante con la investigación al estimar que existen indicios de que se defraudó dinero público mediante el uso de facturas falsas para justificar el cobro de subvenciones en relación con proyectos en los que presuntamente se emplearon muchas menos horas de las indicadas a la hora de obtener esas ayudas. Además de los dos nuevos investigados en la causa, entre ellos el que es gerente del centro tecnológico vigués desde 2013, Fernando Jiménez, el juzgado solicita numerosa prueba documental. Entre ella, los expedientes de 25 proyectos -de ámbitos tan diversos como el hogar, el turismo, la automoción, el marketing o la educación- desarrollados por Gradiant. Algunos de los datos requeridos al centro son las horas efectivas dedicadas a cada una de estas iniciativas, así como todos los trabajadores que intervinieron en las mismas.

Todavía no hay fecha de interrogatorio para los dos nuevos imputados, que se unen a los tres que había desde el inicio: los empresarios Jorge Cebreiros y José Luis Fernández Carnero, y el exdirector de la Axencia Galega de Innovación (GAIN) de la Xunta, Manuel Varela Rey. Un portavoz de Gradiant, cuyo gerente acaba de adquirir la condición de investigado, dijo que ofrecen "la máxima colaboración, información, transparencia y respeto" a la investigación judicial. En todo caso, con respecto a una de las claves del caso, las horas empleadas en los proyectos, señalaron que, aunque son orientativas, para el caso de las subvenciones, éstas deben ser justificadas. "Y se justificaron", indican.

El otro investigado es Carlos Segade Domínguez. Su imputación es en calidad de representante legal de Balidea Consulting & Programing, empresa que participó en uno de los dos proyectos con los que nació la causa: Sixic. Este hombre, economista de profesión, mostraba ayer su sorpresa por que se le implique en este caso. Tras señalar que en la actualidad ya no trabaja en Balidea, indicó que él nunca tuvo ningún puesto de responsabilidad en la firma, ya que era un trabajador más. Fue, "como otros" empleados, apoderado. "Es posible que alguna cuestión de ese proyecto, en virtud de ese apoderamiento, lo hubiese firmado yo", dijo. Pero añadió: "Lo que puedo decir seguro, hasta lo que conozco, es que no se hicieron facturas contra facturas, pero si se emplearon más o menos horas es algo que ignoro, al igual que los demás detalles del proyecto", manifestó.

Uno de los motivos del vuelco de esta investigación fue el registro en la sede de Gradiant, donde se descubrió, en relación con los proyectos Sixic y Centinel, que las horas reales de trabajo empleadas eran supuestamente menores que las indicadas en los contratos. En todo caso, en el caso de alguna empresa se dio el caso inverso: se dedicó más tiempo del previsto. También, de la información que constaba en los servidores del centro, se obtuvieron datos de facturación. Pero la gran clave de las nuevas imputaciones fue la declaración judicial realizada por el exalto cargo de la Xunta.

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