El mundo de la asistencia y la investigación sobre el VIH en España mira esta semana hacia Vigo, que acoge por primera vez en Galicia la gran cita anual nacional sobre esta infección. Desde esta tribuna, los expertos han lanzado una advertencia: España y Europa no cumplirán los objetivos fijados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para acabar con esta epidemia si no avanza en prevención, diagnóstico y tratamiento precoz. Alertan, además, de una "pérdida de miedo", sobre todo, entre los jóvenes. Por todo ello, piden a la Administración que no bajen la guardia en esta lucha y den un nuevo impulso al Plan Nacional del SIDA.

Más de 600 expertos nacionales e internacionales abordarán estos retos, así como los últimos avances en investigación y tratamiento en el IX Congreso del Grupo de Estudio del Sida (GeSIDA) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), que se celebra en el Mar de Vigo.

La OMS fija para 2020 la meta de que el 90% de los infectados lo sepa, que el 90% reciba tratamiento y que el 90% reduzca su carga viral. Los dos últimos se han conseguido, pero España y Europa suspenden en el primero. Los copresidentes del congreso, los doctores Manuel Crespo y Eva Poveda, estiman que en Galicia están infectados entre 7.000 y 8.000 personas, pero un 18% aún lo desconoce y casi la mitad -un 49%- de los que lo saben lo descubrieron tarde, cuando ya estaba afectado su sistema inmunológico.

Se han detectado una media anual de 192 nuevos casos en los doce últimos años. Son 69,5 por cada millón de habitantes al año, por debajo de la media nacional, que está en 101,2. El perfil medio gallego es el de varón de 38 años, que se infectó por vía sexual -77,5%- en una relación con otro hombre -39,9%-. Estas cifras van bajando de forma paulatina, menos en los hombres que tienen sexo con otros hombres, donde está aumentando un 3,5% al año.

Gracias al acceso al tratamiento antirretroviral -más del 90% de los diagnosticados-, en España ha pasado de ser infección mortal a crónica y la esperanza de vida se está acercando a la de la población en general -unos 8 años menos-. Además, en más del 90% de los tratados la carga viral se reduce hasta niveles indetectables por los test y está comprobado que así no transmiten la infección. Se está lejos de una vacuna preventiva, pero "en cinco o diez años" podría haber mejores tratamientos, como la terapia génica o una vacuna funcional, que potencia el sistema inmunológico para luchar contra el virus y evitar la medicación de por vida.

Las malas noticias son que no se avanza en los porcentajes del diagnóstico y la detección precoz. "Se mantienen estables desde hace muchos años y no conseguimos reducirlas de ninguna manera", lamentan los doctores. Los pacientes que no son conscientes de su diagnóstico -casi uno de cada cinco-, no solo permiten al virus progresar en la afectación al sistema inmune, sino que lo siguen transmitiendo. Son la fuente de entre el 75 y el 90% de los nuevos casos.

Los doctores Crespo y Poveda cuentan que, mediante encuestas a nuevos diagnosticados, se ha detectado una "cierta relajación y pérdida de respeto" a la infección. Reprochan que el Plan Nacional del SIDA no haya vuelto a hacer campañas generalizadas desde la del "Póntelo, pónselo". Hacen un llamamiento para que se retomen, con las medidas que ya se han demostrado eficaces como la profilaxis preexposición, una pastilla preventiva antes de relaciones sexuales en población de alto riesgo. Defienden que es "coste-efectiva" y un buen arma ante fenómenos como el chemsex -uso de drogas recreativas durante las relaciones sexuales-, que triplican el riesgo de contagio. Abogan por superar las "reticencias de orden moral" en beneficio de la colectividad.

Apuestan también porque se haga "al menos una prueba de VIH" a todas las personas de entre 20 y 59 años desde Primaria y que se faciliten test rápidos de saliva en ONG: en Galicia ya se ha realizado y, el año pasado, casi el 2% de estas pruebas dieron positivo.